Paco, Mariano y Lucas entran en una sucursal de un banco para sacar dinero. Instantes antes de que los policías entraran en la oficina, una banda de atracadores se dispone a robar y toman rehenes. Ninguno de los tres policías se percata de la situación y se marchan sin solucionar el problema. Minutos más tarde, reciben un aviso de la central, pero ya no pueden hacer nada porque los atracadores han huido. Después del incidente, los tres policías son destinados al barrio más conflictivo de Madrid dónde tendrán como jefe a Don Lorenzo, el suegro de Paco. Paco y su familia se tienen que trasladar de casa y de barrio, para estar más cerca de la comisaría. El policía no explica toda la verdad, del traslado a su familia y en ellos creen que el cambio se debe a un ascenso. Sin embargo, cuando llegan a la vivienda, se dan cuenta de que Paco les ha ocultado información. La casa no es del gusto de Lola, como tampoco lo es el recorte de salario que tendrá su marido. Para hacer frente a la economía familiar, Lola se tiene que poner a buscar trabajo. En la comisaría, consiguen detener a uno de los implicados en el robo del banco. Don Lorenzo, encarga a Paco y a sus hombres que se ocupen del caso y que interroguen al detenido. El comisario les da un plazo limitado, para que los policías resuelvan el caso, sin embargo, lejos de que el detenido acuse a sus compañeros, Paco, Lucas y Mariano, consiguen embaucarse en un lío aún mayor, que el que protagonizaron en el banco. Sara, la hija de Paco a quien no la gusta demasiado el cambio de barrio, se implica en la mudanza y ayuda a sus padres en el traslado. Gabri, el hijo de la Bernarda, observa interesado a la nueva vecina. A Sara se le cae una caja y pide ayuda al observador. Gabri, intenta ridiculizarla por su aspecto, pero finalmente termina echándole una mano. Sara se muestra muy insolente con él y Gabri, sin pensárselo tira una caja por la ventana, casualmente la que contenía la pistola de su pad
Don Lorenzo encarga a Paco y a sus hombres la custodia de un testigo clave en un juicio contra la mafia gallega. El operativo consiste en buscar un piso franco y encerrarse allí con el testigo con el fin de mantener la operación en secreto. Mariano se encarga de la búsqueda de la vivienda y encuentra una frente a la casa de Inés, su ex. Durante la misión, y ante el nerviosismo del testigo, deciden darle unos tranquilizantes. Por otra parte, Paco le comenta a Lola que tiene que estar fuera de casa un par de días para trabajar en una misión secreta. Ella sospecha que su marido tiene un romance con otra persona, pero su hija Sara, que no puede creer que su padre le esté siendo infiel a su madre, empieza a investigar. La chica pide ayuda a Coque y a Gabri para averiguar dónde se encuentra su padre y así salir de dudas.
En la comisaría se celebra una rueda de prensa para presentar un alijo de droga que se ha incautado. Al acabar, Don Lorenzo pide a Paco y a sus hombres que transporten la cocaína a la incineradora. Durante el transporte pinchan una rueda y tienen que sacar la droga del vehículo. Una de las bolsas se rompe y para justificar su torpeza, deciden mentir a sus responsables y les cuentan que unos encapuchados les han robado. La brigada de policía científica se inaugura con la llegada de Silvia, hija de don Lorenzo y ex de Lucas. Ella será la máxima responsable de este nuevo departamento. Lucas se muestra incómodo con el reencuentro, e incluso, un poco violento. En su primera investigación, Silvia detecta que su ex ha consumido estupefacientes. El dueño del kiosco del barrio aparece muerto en su casa. La policía científica investiga las causas del fallecimiento y descubre que ha mantenido relaciones sexuales antes de morir. Bernarda, asustada, confiesa a Lola que pasó la noche con el quiosquero y ahora teme ser acusada de asesinato.
Los hermanos Rebenque, unos famosos criminales a los que Paco detuvo hace algunos años, han conseguido escaparse de la cárcel. Un policía que resultó herido en la huída cuenta que los delincuentes le han dejado vivo para que le transmita a Paco el mensaje de que él es su próximo objetivo. Lucas y Mariano, encargados de velar por su seguridad personal, organizan una operación extraoficial en la que utilizan a Paco como cebo para intentar atrapar a los Rebenque. Paco se ha convertido en un héroe dentro de la comisaría y disimula el miedo ante sus hombres. En el hospital, intenta infectarse con un virus con la intención de quitarse de en medio, pero sólo consigue que el médico le dé un folleto sobre la fiebre amarilla y le mande a casa. Paco decide huir y alejarse de su familia, pero se encuentra con Lucas y Mariano que le vigilan de cerca. A Curtis le encargan la vigilancia y protección de la familia de Paco. Para que Lola no sospeche de la situación, el policía le hace creer que Curtis está muy enfermo y que además le han echado de casa. Bernarda y Lola deciden hacerle la agonía más llevadera y le tratan "a cuerpo de rey".
Miranda y sus hombres descubren, por casualidad, un cuadro robado que resulta ser un auténtico Miró desparecido de una fundación hace un mes. La dueña, que estaba muy preocupada y disgustada con el robo, y en agradecimiento a los agentes, decide subastar el cuadro y donar los beneficios a la Fundación de Huérfanos del Cuerpo Nacional de Policía. Mariano está pasando un mal momento y como no consigue dormir bien, comienza a tomar ansiolíticos. Paco, preocupado por él, le pide a Lucas que se vaya a vivir con su compañero. El joven, en un principio, se resiste pero cambia de opinión y termina alquilando un piso en el bloque donde vive Paco. Coque ha sido detenido por robar cazadoras. Bernarda, preocupada por su hijo, cree que va a terminar en la cárcel como siga por ese camino. Ante la falta de una figura paterna de referencia, Lola le pide a Paco que hable con Coque.
Paco y sus hombres investigan un operativo de espionaje industrial. Pronto descubren que, en realidad, se trata de una red de tráfico de armas químicas. Los policías encuentran un maletín lleno de cepas de virus y Mariano y Lucas lo tiran al suelo sin querer. Creyendo que se han contagiado y que la epidemia se va a extender a toda la humanidad, deciden activar una campaña mundial urgente para el suministro del antídoto. Bernarda está muy feliz con su novio hasta que descubre que es un actor porno. A Bernarda no le gusta mucho su trabajo y, ayudada por Concha y Lola, prepara una receta para que Nacho no esté en plenas facultades durante su trabajo. Sara no sabe cómo decirle a Lucas lo que siente por él y después de varios intentos fallidos, decide grabar en vídeo su declaración de amor.
Paco salva la vida, por casualidad, a Polaina, un importante mafioso. La policía lleva siguiendo la pista del delincuente desde hace varios meses y Montoya cree que Paco ha estropeado el operativo. Sin embargo, un inspector especialista en el caso, ve en Paco un topo ideal para acercarse a Polaina sin levantar sospechas, ya que el delincuente se siente en deuda con el policía. Lucas y Mariano encuentran una carpeta con el expediente de Polaina donde hay incluidas fotografías del mafioso con Paco. Los dos policías malinterpretan las imágenes y empiezan a sospechar de su amigo, creyendo que tiene una doble vida y que está metido en algún asunto oscuro. Polaina intenta compensar a Paco por salvarle la vida y le regala un reloj muy bueno y muy caro. Lola, Concha y Sara hacen cábalas y como saben que Paco no se puede comprar un reloj de estas características, empiezan a creer que al policía le ha tocado la lotería y no ha dicho nada en casa para no tener que repartir el premio.
Mariano está deprimido y se empieza a plantear dejar la policía y marcharse al campo para dedicarse al pastoreo. Paco y Lucas intentan animarle y para que su amigo recupere su autoestima, provocan que uno de los delincuentes arrestados se escape, previendo que Mariano, que se encuentra en una situación privilegiada en la comisaría, le detenga. Sin embargo, Mariano no se percata de la situación y el delincuente consigue tomar varios rehenes y encerrarse en los calabozos. Sara sigue enamorada de Lucas y empeñada en conquistarle. Después de varios intentos, decide ir a ducharse a casa del policía para que la sorprenda en el baño desnuda. La chica le hace una verdadera declaración de amor y le pide que le dé una respuesta. Lucas se niega a mantener una relación con la hija de su compañero pero Sara seguirá haciendo todo lo posible para que el policía se fije en ella. Silvia está ilusionada con los preparativos de su boda pero no termina de gustarle el vestido de novia que ha elegido. Lola y Bernarda intentan convencerla de que está guapísima pero como no lo consiguen, se ofrecen a arreglarle el vestido. Bernarda se prueba el vestido y un desafortunado accidente provoca un gran desperfecto en el traje. Éste incidente hará recapacitar a Silvia si sigue adelante con la boda.
Curtis recibe la negativa del banco a su petición para obtener dinero para los huérfanos de la policía. Lola, que acaba de hacer un curso de fotografía, propone entonces hacer un calendario erótico en el que colaboren todos los policías de la comisaría para conseguir fondos con la venta del mismo. Paco se niega rotundamente a que su mujer fotografíe a sus subordinados y compañeros desnudos. Sin embargo, Lola y Bernarda ponen en marcha las fotos sin su permiso y con la complicidad de todos los demás. Por otro lado, hay un reconocimiento médico en la comisaría. Paco, que se emborrachó durante la última operación policial en la que estaba infiltrado, teme ahora que le amonesten si aparecen restos de alcohol en sus análisis. Para librarse pone su nombre a la probeta que contiene la sangre de un compañero cuyo aspecto denota una salud deplorable. Cuando llaman del hospital preguntando por Paco por un asunto grave, Mariano coge el teléfono. Lucas y Mariano se enteran de que su jefe esta a punto de morir de leucemia. Sara está a punto de marcharse a Dublín para alejarse del amor imposible que Lucas significa. Coque, el hijo de Bernarda, está tan enamorado que se plantea marcharse con ella al mismo tiempo que le prepara una fiesta de despedida, pero Sara le confiesa que no siente lo mismo por él. Luego será Lucas el que le ruegue a la chica que no se marche a Dublín. La petición genera una discusión que les lleva a un apasionado beso que es presenciado por Paco. El inspector, indignado por el comportamiento de Lucas, se enfada con él.
Mariano no le cuenta a Bernarda que está implicado en la investigación de una mafia dedicada a gestionar matrimonios concertados con el objetivo de extorsionarles después y las cosas entre ellos se complican cuando Marino se ve obligado a simular que se casa con una joven servia, algo falla y el matrimonio celebrado resulta real. Kira le cuenta a Lola que su madre va a salir de la cárcel. Lejos de alegrarse, la joven se muestra muy disgustada porque opina que su progenitora es una mala persona, que sólo intentará aprovecharse de ella como ya ha hecho otras veces. Lola, que no puede creer que la madre de Kira sea tan mala, decide espiar el encuentro entre ambas para comprobar las intenciones de la mujer. Para ello cuenta con Bernarda y con la alta tecnología policial que les proporciona Rita. Paco está tan enfadado con Lucas después ver cómo se besaba con su hija que decide hacer como si no se conocieran. Durante la investigación de las desapariciones de unos vagabundos, Paco se dirige a Lucas como subinspector Fernández y quiere que su compañero le llame inspector Miranda. Sara, por su parte, ignora la prohibición de su padre y trata de convencer al joven para vivir su amor libremente a pesar de la oposición de Paco.
La comisaría recibe a Ruth, una joven y sofisticada psicóloga que han contratado para que ayude a los policías con los problemas y conflictos de carácter psíquico que pudieran surgir entre ellos. Ruth tiene un primer enfrentamiento con Silvia, muy afectada por el tiro que le han pegado a Lucas. Su ex está al borde de la muerte y ella se encara violentamente con el detenido que le ha disparado. Lucas está en el hospital en estado grave. Todos están muy preocupados pero quien peor lo lleva es Sara, que no puede soportar la idea de que se muera. Los médicos informan a sus amigos de que una de las consecuencias del disparo que ha sufrido el policía puede ser la amnesia. Cuando Lucas recupera la consciencia, Mariano le aconseja que aparente que ha perdido la memoria para quitarse de encima el problema que le supone Sara. La joven, sin embargo, está dispuesta a refrescarle la memoria. Paco investiga junto con Povedilla y Rita un caso de tráfico ilegal de animales exóticos. Tras interrogar a un mentalista que trabaja en un circo, dan con la pista a seguir. Se trata de un individuo que compra los animales para luego soltarlos en una finca y ser cazados por unos cuantos adinerados que se pueden permitir pagar tan siniestro lujo. Paco decide vender un tigre y entregarlo ellos mismos a los que organizan la cacería para así infiltrase y poder detenerlos.
La policía ha hecho una redada y los calabozos de la comisaría se han llenado de inmigrantes chinos ilegales. Cuando se declara un incendio, Paco arriesga su vida para salvar a uno de ellos que ha quedado atrapado por el humo. El chino resulta ser un monje budista al que su religión obliga a permanecer junto a su salvador hasta que pueda devolverle el favor. Paco ya no soporta más la presencia constante del simpático oriental, pero no sabe cómo deshacerse de él. Lucas es dado de alta y sigue su recuperación en casa de Paco donde recibe los cuidados de Lola, Silvia y Sara. El policía sigue fingiendo que sufre amnesia para que la hija adolescente de Paco renuncie al amor que siente por él. Pero es Silvia, su ex mujer, la que vuelve a retrasar su boda con Márquez al creer que a Lucas sólo recuerda las cosas buenas que vivieron juntos. A Lola no le queda más remedio que advertir a Lucas de que lo está haciendo puede traer malas consecuencias. Kike es un bromista que se pasa el día gastando bromas a sus compañeros. La última es estropearle el pelo a Curtis con un gel que le ha pasado en los vestuarios de la comisaría. Curtis está decidido a vengarse, pero no encuentra una broma lo bastante pesada. Al final se le ocurre que lo mejor es insinuarse para que Kike piense que es homosexual. Lo que Curtis no espera es que Kike reciba de buen grado su fingido acercamiento sexual.
Mariano se pasa el día lamentándose de su fracaso sentimental con Bernarda y quejándose de que su amigo no colabora en las tareas domésticas. Lucas ya no soporta más y está decidido a dejar de vivir con él. Paco les ordena entonces que custodien a dos peligrosos terrositas chechenos a los que deben trasladar en avión a las Islas Canarias. La situación se les va de las manos al tratar de controlar el pánico a volar de uno de los terroristas y la vida de todos los pasajeros está en peligro. Mariano y Lucas protagonizan entonces un aterrizaje forzoso que les convertirá en héroes. Rita está convencida de que Kike es gay pero Curtis se niega a aceptarlo. Para averiguar quién tiene razón, le preparan una encerrona en la que tiene que interrogar a un cubano muy atractivo y a una explosiva rubia. Rita y Curtis pretenden analizar las reacciones de su compañero para deducir si le gustan los hombres o las mujeres. Kike descubre sus artimañas y se enfada mucho al mismo tiempo que insiste en que él es completamente heterosexual. Lola está muy preocupada por la actitud rebelde de Sara y así se lo hace saber a su marido, pero Paco, muy ocupado en sus cosas, no le da mayor importancia. Sin embargo, Lola insiste en consultar el caso con Ruth a la psicóloga de la comisaría. La experta les comenta que el problema es que ellos no se han dado cuenta de que su hija es mayor y, sobre todo, que Lola se comporta como una madre y nunca como una amiga. Con la ayuda de Bernarda, Lola intenta ponerse a la altura de Sara.
Paco y sus hombres están convencidos de que Don Lorenzo es el cabecilla de un grupo de militares dispuestos a dar un golpe de estado. En realidad, se trata de viejos compañeros de la mili, un tanto fachas, que no esconden su disgusto por la política actual y que utilizan un lenguaje militar para organizar una fiesta sorpresa a la que llaman “Operación Alcazar” y que pretenden que salga mejor que la del 81, año del primer golpe militar de la democracia. Paco, Lucas y Mariano están dispuestos a todo para frustrar los supuestos planes golpistas del comisario y sus amigos. Ruth está harta de que Don Lorenzo trate de disimular la relación amorosa que mantiene con ella y le da un ultimátum. El comisario le promete que comunicará a su familia que están juntos en cuanto tenga una oportunidad, que parece no llegar nunca. Mientras, la psicóloga tiene varios encontronazos con Lucas, que desprecia su trabajo y se niega a reconocer que pudiera sufrir un trauma por haber estado a punto de morir. Tras la aversión que muestran el uno por el otro, se podría esconder una apasionada atracción. Llega Perico, un sobrino adolescente de Lucas que va a trabajar en el bar de Lola. Tras un primer y embarazoso encuentro en el que el joven sorprende a la mujer de Paco desnuda tras darse una ducha, la atracción parece surgir entre ellos. Más tarde, Lola se siente muy avergonzada tras darse un pequeño beso con el joven pero Bernarda le quita importancia al asunto. Todo queda en un coqueteo inocente cuado Perico queda deslumbrado por la belleza de Sara, la hija de Lola.
Un delincuente que fue detenido por Don Lorenzo y que acaba de salir de la cárcel dispuesto a vengarse de él, planea el falso secuestro de Sara. Mientras la joven desobedece a sus padres marchándose de acampada con Perico, el ex presidiario llama al móvil de Paco pidiendo un rescate. Son Lucas y Mariano los que cogen el teléfono de su jefe y deciden atracar un banco para conseguir el dinero. La siguiente exigencia del supuesto secuestrador es que maten a Don Lorenzo si quieren recuperar viva a Sara. La familia, sobre todo su hija Lola, está muy preocupada tras el amago de infarto que acaba de sufrir Don Lorenzo. La mujer de Paco está empeñada en que éste averigüe los detalles de la vida sexual de su padre, pues sospecha que, desde que sale con Ruth, podría ser muy agitada y, por lo tanto, perjudicial para su salud. Don Lorenzo, por su parte, obliga a Lucas a que hable con Ruth y le deje claro que aquel beso entre ellos ha sido un error que no volverá a suceder. Montoya debe encargarse de un caso de suma importancia que consiste en detener a los capos de familias mafiosas italianas instaladas en España. Justo antes de la reunión con un responsable italiano de la Interpol para coordinar la operación, el joven jefe de policía está bajo los efectos de una potente droga que ha tomado por accidente. Rita, Curtis y Kike intentarán salvar la situación haciendo que uno de ellos se pase por Montoya en la reunión.
Ruth advierte a Don Lorenzo de que verá mermada su capacidad intelectual como consecuencia de la mezcla de medicamentos que está tomándose. De hecho, los efectos se empiezan a notar justo después del reencuentro del comisario con un policía que ha pasado mucho tiempo infiltrado en ETA. Paco, Lucas y Mariano escuchan la conversación entre ellos y deducen que Don Lorenzo, afectado de alguna enfermedad senil, está negociando con la banda terrorista a espaldas del gobierno. El trío policial se meterá en un lío intentando desbaratar los planes de su jefe. Cuando finalmente Mariano y Bernarda se deciden a vivir juntos, aparece por sorpresa Inés, la ex del policía. Mariano, conmovido por sus lágrimas de arrepentimiento, se siente incapaz de rechazarla y le permite que se instale en su casa. Lo peor es que reconoce que sigue sintiendo cierta atracción por ella. Mientras Inés prepara una cena romántica para seducir a Mariano definitivamente, Bernarda planea una fiesta sorpresa de cumpleaños con la ayuda de Lola. El subinspector de policía, abrumado por el atractivo sexual que de repente rebosa, se debate entre las dos mujeres. Sara y Lucas parecen estar esperando con ansiedad que ella cumpla 18 años. Ambos saben que la actitud de Paco hacia una futura relación sentimental entre ellos va a seguir siendo igual de negativa, pero algo está a punto de cambiar. Las miradas y gestos cómplices que Lucas y Sara se dedican son observados por Lola, que comienza a darse cuenta de que lo que hay entre ellos es algo más que un capricho. La mujer de Paco se sincera con su hija y le comunica que ella ya no será un obstáculo si quiere a Lucas.
Paco y sus hombres se encargan de escoltar a un árbitro amenazado de muerte. Tras escuchar una conversación de su protegido, deducen que está planeando amañar el próximo partido de fútbol. Para intentar desbaratar los sucios planes del colegiado, Paco, Lucas y Mariano, acaban arbitrando el encuentro suplantando al árbitro y a los jueces de línea reales. Javier Ares y Javier Ruiz Taboada, cronistas deportivos del fin de semana en Onda Cero, entrevistarán a Paco, que se convertirá en protagonista de la jornada futbolística. Lola y Bernarda le dicen a Montoya que si quiere conquistar a Silvia, tiene que dejar esa imagen de hombre perfecto e intentar parecerse un poco más a Lucas. Le aconsejan que, sobre todo, abandone esa actitud servil hacia Don Lorenzo. Convencido, el jefe de policía da un cambio radical a su imagen, se enfrenta con el comisario y adopta una actitud de “tipo duro” que acaba por atraer a Silvia. Rita está preocupada porque su padre viene a conocer a su novio y éste acaba de sufrir un implante de pechos en acto de servicio. Povedilla necesita bastante dinero para volver a operarse, por lo que será Curtis el que se haga pasar por él mientras en la comisaría se hace una colecta. Lo peor es que Ramón, el padre de Rita, conecta perfectamente con Curtis y es evidente que aborrece a la gente como Povedilla.
Paco, Lucas y Mariano están hartos de las constantes bromas de Kike y deciden gastarle una en la que le hacen quedar en ridículo delante del comisario. Kike y Curtis se vengan de ellos colocando pruebas falsas en un kebab de Lavapies que los hombres de Paco tienen que registrar al día siguiente. Entre los objetos que incautan hay mapas, cartas, fotos y cintas grabadas que conducen a la guarida de Bin Ladem en Faluya. Aunque no cuentan con el apoyo de Don Lorenzo, los tres policías viajan a Irak con la intención de dar con el paradero del terrorista más buscado. Povedilla se queda encerrado con Ruth, Silvia y Sara en el montacargas de la comisaría. Mientras esperan a que les recaten, el policía se entera de todas las rencillas que existen entre las tres mujeres por causa de Lucas. Durante el encierro, Silvia y Sara se quedan de piedra al enterarse de que Ruth ha sido infiel a Don Lorenzo con Lucas. Como consecuencia de ello, Silvia le advierte a su sobrina que su ex nunca ha querido a nadie. Povedilla termina agobiándose entre el calor, las discusiones y tanta mujer atractiva. Lola teme que Sara cometa alguna insensatez y decide llevársela al pueblo unos días para alejarla de Lucas. La joven se pasa los días y las noches intercambiando mensajes de amor con Lucas a través del móvil. El último mensaje que recibe del policía es una emotiva despedida en la que le cuenta que se marcha lejos y puede que no regrese de la difícil misión en la que se ha implicado. Sara, asustada, se escapa y regresa a la ciudad en busca de Lucas.
Durante una operación policial, Paco y sus hombres recuperan un cráneo prehistórico de gran importancia que fue robado del Museo Británico. Paco y Lucas destrozan accidentalmente la preciada calavera y deciden desenterrar a la tía abuela de Mariano para hacer pasar su cráneo por el verdadero. Cuando parece que todo se ha solucionado, los hombres de Paco descubren que la pariente de Mariano murió de viruela e intentarán volver a recuperar el cráneo para evitar que la enfermedad se extienda. Don Lorenzo reprocha a Montoya, su hombre de confianza, que esté perdiendo facultades por culpa de la relación que ha iniciado con Silvia. El policía reconoce que el ‘tira y afloja sentimental’ que mantiene con la nieta del comisario no le beneficia profesionalmente y le dice a Silvia que no pueden seguir adelante con su relación. Esto le sienta muy mal a la policía científica, que se enfrenta a su abuelo, demostrando así que siente verdadero interés por Montoya. El agente Palomo muere de un infarto ante la mirada de Povedilla, Curtis, Kike y Rita. Sus compañeros deciden hacer creer a todos que Palomo sigue vivo durante los dos días que quedan para su jubilación con el objetivo de que el veterano policía pueda cobrar el plan de pensiones. El rigor mortis que sufre el cadáver hace cada vez más difícil que no se descubra lo que está pasando y todo se acaba de complicar cuando un alto cargo visita la comisaría para condecorar a Palomo.
Paco dirige el registro de un coche donde sus hombres encuentran un bote con esperma de toro valorado en millones de euros. Povedilla arroja al suelo accidentalmente el preciado elemento y Paco decide que hay que ir en busca del toro en cuestión y extraerle el semen de nuevo. Una vez en la finca, los policías descubren un alijo de cocaína y ponen en marcha una operación para detener al apoderado, implicado en tráfico de drogas, y para ello deben hacerse pasar por toreros. Sara se queda sola durante unos minutos en la habitación donde ella y Lucas han pasado la noche. Durante ese tiempo, entra un individuo perseguido por unos matones y la joven se esconde en el baño. Desde allí presencia el asesinato del hombre que huía tras someterle a un breve interrogatorio. Sara es descubierta y Lucas llega justo a tiempo de evitar que sea disparada por uno de los asesinos. El policía trata de que nadie descubra que ha pasado la noche con la joven, pero el caso resulta ser tremendamente complicado y peligroso para todos y, especialmente, para ella. Coque y Perico han cultivado una planta de marihuana que deciden esconder en uno bote de especias de la cocina de “Los Cachis”. Lola utilizará ese bote para aderezar un guiso que se comerán entre ella, Bernarda y Rita. Bajo los efectos de la droga, las tres amigas juegan a hacer realidad sus mejores sueños. Dado que Bernarda está deseosa de volver con Mariano, Lola intentará enredar al policía, que también sigue enamorado, para forzar un encuentro con su amiga y conseguir una reconciliación.
Paco investiga la muerte del padre Vicente, un sacerdote que asesora en temas religiosos a una importante editorial. En la mesa de su celda encuentran un manuscrito en el que se pone en duda toda la historia de la Iglesia y sus más importantes dogmas. Al leer el texto, Paco deduce que la muerte del cura ha sido un asesinato y que el siguiente objetivo es matar al Papa durante su próxima visita a España. Mariano se infiltra, vestido de sacerdote, en la nunciatura donde murió el padre Vicente para averiguar algo más. Silvia miente al confesar que fue ella la que pasó la noche en el hotel con Lucas para proteger a éste y a Sara de las iras de Paco, asumiendo así el riesgo de romper con Montoya sin motivo real. Torres, el comisario corrupto responsable del asesinato que se produjo en ese hotel y del que Sara es el único testigo, descubre que no es Silvia quien presenció el crimen. Él y sus hombres tratarán de averiguar quién fue realmente para acabar con su vida antes de que los delate. Ni Silvia ni Lucas se dan cuenta del peligro que corre Sara. Paco se ha gastado el dinero ahorrado para instalar el aire acondicionado en una televisión de pantalla plana para ver el Mundial de Fútbol. El inspector no sabe cómo comunicárselo a Lola, que pasa mucho calor mientras hace las tareas domésticas. Aunque Paco esconde la tele en casa de Mariano, su mujer se entera de lo sucedió y, aconsejada por Bernarda, establece un plan para enseñar a su marido a respetar sus deseos.
Lucas es apartado de sus funciones por Torres, el comisario corrupto que quiere matar a Sara, la única persona que presenció el asesinato cometido por él. Torres utiliza el arma que le entrega el policía para matar a Blasco, su hombre de confianza y único detenido hasta el momento. De esta forma conseguirá que Lucas sea arrestado, acusado de asesinato. Sin embargo, Silvia y Montoya, que confían en su inocencia, le ayudarán a escapar del calabozo. El policía inicia entonces una carrera desesperada para salvar a Sara, refugiada en un pueblo de la sierra. Consciente de que está en riesgo la vida de su nieta, Don Lorenzo hace que ella y Lola se refugien en un pueblo a las afueras de la ciudad. Paco, que no sabe lo que está pasando, se muestra cada vez más trastornado y acaba apuntando a Lucas, su mejor amigo, con una pistola, convencido de que tiene la culpa de todo lo malo que le pasa a Sara. Mariano se interpone entre ellos y Lucas, desesperado, busca la forma de encontrar a Sara antes de que sea localizada por los asesinos. Torres, el comisario corrupto, da con el paradero de la joven y va en su busca con el objetivo de darle muerte antes de que llegue Lucas. El padre de Paco muere en un desgraciado accidente nada más llegar de visita. Durante el velatorio descubren que el padre del inspector comparte ataúd con el cuerpo sin vida de un inmigrante chino. A raíz de ello, se pone en marcha una operación policial en la que Povedilla se hace pasar por muerto para conseguir detener a la mafia china que está detrás de este suceso. En la funeraria, los agentes no se percatan del intercambio que se ha producido entre los féretros y Povedilla es enviado al crematorio. Mientras, Rita comunica su embarazo a sus compañeros.
Tras momentos de angustia en los que todos dan por hecho que Povedilla ha muerto asfixiado tras ser sepultado por equivocación, el policía becario da señales de vida. Rita, su novia y compañera de trabajo, está embarazada y, tras el emotivo encuentro, ambos anuncian que se van a casar. Aunque Povedilla se reincorpora al trabajo tras un tiempo de baja, todavía le quedan secuelas del trauma sufrido, pero él quiere demostrar que se merece un ascenso. Gracias a la actuación de Lucas, Sara parece estar a salvo tras haberse visto casualmente involucrada en el caso de corrupción policial que en el que se centraron los últimos episodios de la temporada pasada. Ahora los dos jóvenes viven juntos y disfrutan de su amor sin la constante oposición de Paco, el padre de la chica. Sin embargo, debido a su indisciplinado comportamiento, Lucas ha sido apartado de su trabajo de policía y no puede pagar el piso que comparte con Sara. La relación entre Paco y Lola es cada vez más distante. El matrimonio parece resentirse aún más tras la marcha de Sara y el deterioro de ambos es evidente. Es el cumpleaños de Paco y tanto él como su mujer se lo toman sin ninguna ilusión. Sara, por su parte, no sabe qué hacer. Finalmente decide llamar a su padre por teléfono y dejar un cariñoso mensaje en el contestador.
Antes de morir, Torres, el comisario corrupto, amenaza a Paco con destapar un caso del pasado en el que parece que él estuvo implicado. El inspector se pone nervioso y trata de esconder todo aquello que pueda relacionarle con un suceso que parece bastante oscuro. Entran en acción Pacheco y Escobar, dos agentes de asuntos internos que se encargarán de interrogar a Paco. La marcha de Sara está acabando con la relación entre sus padres. Mientras Paco duerme en la comisaría, Lola no tiene interés por nada y está cayendo en una depresión. Don Lorenzo se da cuenta de lo mal que marcha el matrimonio de su hija e intenta solucionar el problema convenciendo a su nieta Sara de que regrese a casa. Curtis y Kike proponen a Mariano organizar un gran drama para que Paco y Lucas se unan frente a la adversidad. Aprovechando que se están ocupando de resolver un caso de ‘secuestro express’, deciden hacer creer a Lucas y a Paco que Mariano ha sido secuestrado. El objetivo es obligar a que ambos policías trabajen juntos para rescatar a su amigo.
Paco y Lola van a iniciar los trámites del divorcio. Mariano aconseja a su amigo, que no quiere separarse de su mujer, que finja un infarto durante su encuentro con el abogado. Paco cree que es una táctica ridícula y poco honesta pero, una vez en el despacho, decide ponerla en práctica. Lola se asusta mucho y mete a Paco en cama para ocuparse personalmente de su salud. Sara vuelve a casa e intenta hacer felices a sus padres, consciente de lo mal que lo han pasado tras habarse ido a vivir con Lucas. Lucas, por su parte, se siente cada vez más hundido. Bebe más de la cuenta y los enfrentamientos con el jefe de su nuevo trabajo son cada vez mayores. Mariano intenta que su amigo se valore más a sí mismo y para ello organiza, con la ayuda de sus compañeros, un simulacro de robo en la galería de arte donde Lucas trabaja como guardia de seguridad. Ruth, que quiere pedir el traslado, le reprocha a Don Lorenzo que sea tan desagradable y autoritario con todos. El comisario se da cuenta de que sus subordinados no le respetan y que sólo le tienen miedo. Intentará entonces mostrarse más amable y dar a conocer su lado más humano. Todos están desconcertados con la nueva actitud del jefe y, mientras, éste descubre aspectos de sus subordinados que le dejarán completamente sorprendido.
Paco acaba de ser detenido por Pacheco y Escobar al ser descubierto junto al cadáver de Sánchez, uno de los hombres del corrupto comisario Torrés. El inspector había acudido al domicilio del policía después de que su hija Sara le reconociera al ver su imagen en televisión. Paco es acusado de matar al policía pero pronto queda en libertad aunque sigue muy preocupado por lo que Sánchez y Torres sabían sobre un oscuro caso en el que parece que estuvo implicado. Sin embargo, su situación familiar mejora con la vuelta a casa de Sara. Kike y Curtis están convencidos de que Rita no está embarazada, pero Povedilla se niega a aceptar la idea de que su novia le haya mentido para casarse con él. Sus amigos intentarán demostrarle que llevan razón haciendo una prueba de embarazo a Rita sin que ella se entere. Por otra parte, las cosas en la pareja no marchan demasiado bien. Mientras Rita acelera los preparativos de la boda e insiste para que Povedilla cuente a sus padres lo del embarazo, el policía becario parece querer retrasar al máximo los acontecimientos. Mariano y Bernarda son atracados mientras él la enseñaba a conducir. El policía prefiriere actuar con calma aún cuando el delincuente amenaza la vida de su novia. Al final el atracador escapa y ambos salen ilesos, pero Mariano se convence de que se ha comportado como un cobarde. Decido a demostrar que puede ser un valiente, Mariano se ofrece por error para desempeñar una arriesgada misión: permanecer en la misma celda que un asesino psicópata para sonsacarle información.
Paco, Lola y Sara se levantan una mañana tras un sueño profundo y descubren que toda la casa está revuelta. El inspector sospecha que alguien ha entrado en su domicilio en busca de un dossier que él tiene en su poder pero que no han podido encontrar. Los documentos, llenos de números, demuestran la implicación de Paco en el caso Uriarte, un asunto por el que el policía recibió una gran cantidad de dinero tras lo que sucedió una noche en un pantano. Desesperado, se plantea entregarse y cumplir la condena de cárcel que sea necesaria. Todos están preocupados por la salud de Don Lorenzo, que ha sufrido algún desfallecimiento. El comisario se encierra de vez en cuando en su despacho, baja las persianas durante unos minutos y luego sale con mucho mejor aspecto. Paco, Lucas y Mariano registran sus cosas y descubren una serie de utensilios que suelen ser utilizados para inyectarse droga. Dado que una partida de morfina ha sido sustraída del laboratorio, los tres policías concluyen que Don Lorenzo se ha dado a las drogas. La relación entre Silvia y Montoya va cada vez más en serio. Al menos eso piensa Montoya, que recibe la bendición de don Lorenzo para salir con su hija. Renuncia a presentarse a un puesto mejor en Barcelona y decide darle las llaves de su casa a su novia. En cambio, Silvia, tras una charla con Lola, se replantea la relación, llega a la conclusión de que las cosas van demasiado deprisa. Una vez que la chica le comenta sus sentimientos a su novio, ambos terminan presentándose al mismo examen para el puesto de Barcelona.
Paco sigue sufriendo los interrogatorios de Pacheco y Escobar, los agentes de asuntos internos que buscan el dossier que el inspector esconde y en el que aparecen datos de asesinos, mafiosos y policías corruptos. Aunque Paco lo niega todo, Lucas sospecha que lo que está pasando tiene que algo que ver con el caso Uriarte, que acaba de reabrirse. Tomás, el padre de Lucas, investigaba este asunto con Paco cuando cayó herido a las aguas de un pantano. Nunca recuperaron el cuerpo. Bernarda acaba de aprobar el carné de conducir y Mariano le presta su propio coche para que practique. Al arrancar, Bernarda atropella a su novio y le golpea la cabeza. Mariano se agobia pensando que todas las cosas raras que le pasan se deben a que padece un daño cerebral grave, pero lo cierto es que todos se aprovechan de la aprensión del policía. También Bernarda, que presta el coche de Mariano a su ex marido creyendo que le está ayudando a reinsertarse tras salir de la cárcel. Kike y Curtis cogen de la papelera un trozo de papel que Ruth ha roto tras enfadarse mucho con Don Lorenzo. Los agentes se cachondean pues se trata de un poema de amor que ha escrito el comisario. Como Rita sigue sin querer saber nada de Povedilla desde que éste dudó de su embarazo, Kike y Curtis le proponen a su compañero que le haga llegar a Rita los versos del comisario para recuperar su amor. Don Lorenzo se indigna cuando descubre que Povedilla quiere copiar su poema, pero el policía le convence de que lo que siente es una gran admiración por su excelente forma de escribir.
Don Lorenzo intenta proteger a su hija Lola y a su nieta, tras el atentado con bomba que estuvo a punto de sufrir Paco y en el que murió Bernarda. De esta forma, el comisario ordena poner en marcha un dispositivo de seguridad para tener custodiada a toda la familia. Para ello, Povedilla, Curtis y Kike tendrán que compartir el sofá-cama de la casa de los Miranda. El roce traerá consecuencias imprevisibles. Ante el peligro que puede correr su familia, Paco se replantea la posibilidad de entregarse llevando consigo el dossier por el cual le persiguen tanto la mafia policial, como los de Asuntos Internos. De momento, el inspector encarga a Povedilla proteger el documento pero ¿sabrá el becario hacerse cargo de tan importante misión? Por su parte, Sara espera que sea Lucas el encargado de custodiarla. La decepción invade a la joven cuando descubre que no va a ser así, pero ella insiste en atosigar al hombre que ama enviando múltiples mensajes a su móvil.
Aunque a Povedilla no le hace mucha gracia, pues el recuerdo de Bernarda está aún muy presente, el policía becario se anima a instalarse en casa de la difunta. Desde la primera noche, ruidos y extrañas voces hacen creer a Povedilla que la novia de Mariano se quiere poner en contacto con él para comunicarle que estaba embarazada cuando murió. Mariano está convencido de que está siendo protegido por el alma de Bernarda, lo que hace creer a Lucas que la salud mental de su amigo corre grave peligro. Lucas hará todo lo posible para que Mariano se enfrente a la realidad de la muerte de su novia antes de que se vuelva completamente loco y se convierta en el protagonista de “Psicosis”. Ante las dudas de Don Lorenzo sobre la integridad moral de Paco, éste acepta someterse al detector de mentiras. A pesar del duro interrogatorio al que es sometido por Pacheco y Escobar, Paco sale victorioso de la prueba. Ahora es Silvia la que, tras analizar minuciosamente las pruebas del caso Uriarte, sospecha que algo esconde su cuñado.
Rita está cancelando todos los preparativos de boda ante la desesperación de Povedilla, que ya no sabe qué hacer para reconquistar a la madre de su futuro hijo. Como a ella le gustan mucho los musicales, el policía becario sueña con que todos sus amigos le convencen mediante la interpretación de un número musical para que escriba una canción de amor a Rita. Acompañado de una guitarra, Povedilla dedicará a su amada un romántico tema que él mismo interpretará en “Los Cachis” delante de todos. Rita no acepta de buen grado este nuevo gesto de amor. Sara, en un arrebato de ira y tristeza, ha hecho creer a sus padres que ella y Lucas han vuelto a tener relaciones sexuales. Paco, indignado ante lo que considera una nueva traición de su amigo, pretende exigir una explicación, pero Lola le pide que sea prudente. La joven no tarda en confesar a su madre que su retorcido comportamiento se debe al deseo de hacer daño a su padre, la persona que le está impidiendo ser feliz junto al hombre que ama. Don Lorenzo, Paco, Mariano y Lucas se infiltran en un camping donde se esconde un sospechoso de violar y asesinar agentes de policía maduros. Esta misión se hace especialmente difícil para el comisario, que sufre unas hemorroides que se niega a reconocer. Como consecuencia del doloroso padecimiento, Don Lorenzo debe acudir a urgencias durante una de las vigilancias. Cuando regresa a la autocaravana, Paco y sus hombres deducen que Don Lorenzo ha sido vejado por el psicópata al que buscan.
Lola ha sido detenida después de que la anciana ciega a la que sustrajo el dossier que relaciona a Paco con la corrupción policial, haya reconocido su voz. Tras ser interrogada por Escobar y Pacheco, Lola permanecerá un tiempo en el calabozo de la comisaría. Allí entrará en contacto con un ambiente de bajos fondos que al principio la asustará. Sin embargo, Paco no dejará que se sienta abandonada y le dará una sorpresa para demostrarle su amor. Don Lorenzo ordena a Paco que se tome unos días de excedencia y deja a Mariano al mando de la unidad con un incómodo encargo: trasladar a alguno de los componentes de la misma. Curtis, Kike, Povedilla y Rita son como una gran familia y al subinspector se le hace muy difícil deshacerse de alguno de ellos. Mariano decide someterles a unas pruebas para comprobar quién es el menos apto. Los agentes de policía se comportarán de forma desconcertante. Con Lola detenida, Silvia acoge a Sara en su casa. Tía y sobrina se convierten en confidentes con un punto en común: su amor por Lucas. Silvia alejará de su casa a Montoya con la excusa de que quiere intimidad mientras Sara conviva con ella, lo que no beneficia a esta relación de pareja que la policía científica parece no querer consolidad. Además, la ex mujer de Lucas se dedicará a aconsejar a éste y a Sara para que no retomen su relación.
Paco, Mariano y Lucas son los encargados buscar un preso talibán escapado de una base norteamericana cuando iba a ser trasladado. Entretanto, las denuncias de avistamientos extraterrestres se suceden y a la misma base militar llega el cadáver criogenizado de Walt Disney. Ante el hermetismo de los marines americanos, Mariano ata cabos y convence a sus compañeros de que el ejército de EE.UU. trata de ocultarles que van a sacar del país un alienígena. Montoya está harto de que Don Lorenzo, que todavía no sabe que su protegido es el nuevo ligue de su ex Ruth, no cuente con él cuando hay que entrar en acción. Para demostrar que él también sirve para salir a la calle, decide dirigir un operativo destinado a detener a unos peligrosos narcotraficantes. Ante el fracaso estrepitoso de la operación y para animar al inspector, Rita, Curtis y Kike le convencen para que se infiltre transformado en drag quen en la próxima operación. Las chicas ayudan a Rita a encontrar un bonito vestido de novia para su boda con Povedilla. Bromeando, Rita, Lola, Silvia, y Sara, decidida a olvidarse de Lucas, se ponen los vestidos que Rita se esta probando y salen a lucirlos a la calle. Aitor, un joven paseante, se queda hechizado por la belleza de Sara e intenta ligar con ella. Ella, halagada, confía en volver a ver al chico cuanto antes, pues Aitor acaba de entrar a trabajar en la comisaría de San Antonio.
En el transcurso de un control policial, Paco y sus hombres detienen a un pakistaní que oculta un maletín sospechoso. En él esconde varias ampollas con un líquido que Silvia se encarga de analizar. La CSI de la comisaría de San Antonio informa a Don Lorenzo de que puede tratarse de un agente patógeno altamente peligroso, incluso podría ser un arma bacteriológica. Entonces saltan las alarmas del laboratorio, Lucas acaba arrojarse sobre el maletín y una de las ampollas se ha roto. Lucas le cuenta a Mariano que se ha acostado con Escobar, la agente de asuntos internos que acosa a Paco. Su objetivo es conseguir información sobre el caso Uriarte, pero reconoce que ella podría ser el tipo de mujer que le conviene. Lucas deduce, tras sustraer a su nuevo ligue el informe redactado por Silvia, que Paco estuvo detrás de la muerte de su padre, acaecida mientras resolvían este oscuro asunto. Desesperado, se lanza sobre su amigo y ambos acaban peleando en el laboratorio con Povedilla intentado mediar entre ellos. Aitor comienza a trabajar como policía becario a las órdenes de Paco. Tras recibir alguna reprimenda del inspector Miranda, el joven policía le salva la vida demostrando que es un tipo con arrojo. Pero además es un chico listo que aprovecha la distracción para curiosear entre la documentación de Paco y encontrar la forma de localizar a Sara. Aitor se presenta en casa de los Miranda, sorprendiendo a la chica. La atracción es cada vez más evidente entre ambos jóvenes.
El padre de Lucas parece estar vivo. Paco, Lola y Sara han sido secuestrados por Castresana, el mafioso que está detrás del ‘Caso Uriarte’, recientemente reabierto. Esta circunstancia sirve al inspector para descubrir que tras la identidad de Castresana se esconde Tomás, el padre de Lucas. En su día, Paco y Lola encubrieron a Tomás y colaboraron para hacer creer a todo el mundo que había muerto. El ahora Castresana quiere que su hijo Lucas y toda la familia Miranda huyan con él fuera del país. Mientras tanto, Pacheco y Escobar se muestran convencidos de que Paco y su familia han huido de la justicia. Pacheco quiere utilizar a Lucas, deseoso de encontrar a Paco, al que cree responsable de la muerte de su padre, para interrogar al único detenido que les puede llevar hasta Castresana, pero Escobar, que está en contra de los métodos violentos que podría utilizar Lucas para sacar información, se enfrenta a él. Por su parte, Don Lorenzo, que está volcado en la búsqueda de Paco y su familia, delega en Mariano el resto de los asuntos de la comisaría. El subinspector se siente agobiado por tanta responsabilidad, lo que contribuye a aumentar las dificultades para ver que ha comenzado a padecer. Rita se ofrece entonces a ser su lazarillo hasta que el problema se resuelva y Kike y Curtis malinterpretan los gestos de cariño que se producen entre ambos.
Lucas vuelve a casa con todo el dinero de su padre dispuesto a entregarlo a la policía, pero Mariano le convence para que se espere mientras piensan en qué invertir el dinero. Por otro lado, cuando Lucas se ríe del peso de Paco, Mariano apuesta con su amigo a que Paco le puede ganar en una carrera de 3000 obstáculos.
Kike y Curtis están desesperados porque piensan que Povedilla ha dejado plantada a Rita el día de su boda y no saben cómo decírselo a la novia. Cuando Povedilla consigue pedir ayuda y llama a sus amigos por teléfono, les pide que retrasen la boda hasta que él llegue y que, mientras, utilicen a su hermano gemelo Antonio para suplantarle.
Mariano reprocha a Lucas que no sepa cómo tratar a su hermana ni que sea capaz de mostrar sus sentimientos, pero Lucas se pone a la defensiva, aunque en el fondo le molesta que su amigo se lleve mejor con Carlota que él. Ante la actitud tensa de Lucas por su preocupación a que les puedan descubrir, Mariano le sugiere que sea él quien vaya en busca de los que le persiguen por el dinero.
Kike y Curtis logran salvar a tiempo a Lucas de morir ahogado gracias al chip localizador que Mariano le había dado. Aunque sus amigos intentan tranquilizarle después del shock que ha sufrido, la primera reacción de Lucas es llamar a Paco para asegurarse de que se protege a Carlota hasta que llegue él.
Mariano consigue cortar el cable detonador de la bomba justo antes de que explote. En un arrebato de confesión sobre lo que se les pasaba por la cabeza cuando pensaban que iban a morir, Paco reconoce que él, en su familia; Lucas admite que también pensaba en Sara y Mariano confiesa que sólo podía pensar en la familia de su amigo porque él no tiene a nadie más.
Lucas no puede evitar presionar a Sara para que se vaya con él de viaje a Madagascar. Queda un día para su cumpleaños y Sarita cada vez está más agobiada. Sus dudas entre Aitor y Lucas irán en aumento y sabe que haga lo que haga, echará a alguno de los dos de menos, y más aún cuando Aitor le regala un viaje a Asturias.
Mientras todo el mundo está tendido boca abajo bajo amenaza de muerte, Don Lorenzo está encerrado en una celda con Uriarte, a quien no está dispuesto dejar escapar tan fácilmente. Los mafiosos intentan poner a Don Lorenzo entre la espada y la pared, amenazándole con disparar a uno de sus hombres si no suelta a su jefe.
Don Lorenzo se siente sin fuerzas para asumir el trabajo de comisario y le pide a Paco que se encargue de todo durante unos días. El inspector Miranda trata de superar la ansiedad que le produce tanta responsabilidad con la ayuda de Félix, su psiquiatra. Su primer encargo será entrevistarse con unos agentes de la Interpol dispuestos a impedir que se cometa el robo del siglo.
Don Lorenzo es interrogado por Portillo, el inspector de la comisaría central encargado de investigar el caso Uriarte. A pesar de ser advertido de que está poniendo en juego su impecable carrera profesional, el comisario reconoce que no mató a Ruth en defensa propia. Don Lorenzo mantiene su declaración ante el juez, por lo que es acusado de homicidio.
Paco insiste para que Lucas entre en contacto con don Lorenzo y le convenza de que debe cambiar su declaración sobre la muerte de Ruth para salir de la cárcel. Para acceder a la enfermería donde está ingresado el comisario debido a la diabetes que padece, Lucas convence a Povedilla para que le disloque un brazo.
Povedilla es obligado por Salazar y su secuaz, el chivato a evadirse con ellos de la cárcel aprovechando el motín que ellos mismos organizan coincidiendo con la excarcelación de don Lorenzo. Para ello cuentan con la ayuda de otros dos delincuentes que trabajan desde fuera: Allison Morris y Philippe Mignon.
En la comisaría están muy preocupados por Lucas y Povedilla ya que no han tenido noticias de ellos desde que se fugaron. Los agentes de la INTERPOL plantean a Paco la posibilidad de relajarse en la búsqueda de los prófugos aprovechando que se han ganado la confianza de Salazar. Paco se niega a poner en peligro la vida de sus hombres, y menos cuando sospecha que la INTERPOL le oculta algo.
Pasados seis meses y cuando las cosas aparentemente han vuelto a la normalidad en San Antonio, Salazar contacta con Povedilla para utilizar el virus y le da instrucciones para que vaya una plaza y se ponga un disfraz de lagarto. Paco y los demás agentes se comprometen a no quitarle los ojos de encima.
Don Lorenzo culpa a Paco de que haya salido mal el operativo para capturar a Salazar y recrimina a Lucas su modo de actuar. El Comisario decide retirar a todos del caso durante un par de días. Además, acusa a los agentes de la INTERPOL de no mantenerle avisado de todo, en concreto de la existencia de un amigo de Salazar que podría ser el Kaiser.
Todos están sorprendidos con la aparición de Pepa, la hermana de Paco, en especial Don Lorenzo, a quien no le agrada su vuelta. Paco pide a su hermana que se quede con ellos en San Antonio. Por otro lado, cuando Don Lorenzo interroga a la agente Miranda sobre su aparición en la escena del crimen, Pepa explica que llevaba un tiempo siguiendo la pista de Jesús Olmedo.
Lola ha conseguido que vayan a grabar un anuncio publicitario en el bar Los Cachis y todos quieren participar, pero el director del rodaje sólo tiene la intención de sacar a los más guapos y dejar fuera a Don Lorenzo, Paco, Mariano, Povedilla, Kike, Curtis y Rita, todos ellos emocionados ante la idea de aparecer en el spot.
Allison se presenta en casa de Lucas dispuesta a hacerle chantaje: O colabora con ellos, o matan a Carlota, a la que tienen encerrada en un zulo. Lucas se inventa que su hermana se ha ido a Argentina para explicar su desaparición, pero Aitor no se cree que su chica se haya ido sin despedirse.Mariano y Paco descubren una carta de despedida de Lucas.
Tras la muerte del agente Smith, La INTERPOL vuelve a incorporar a Lucas al caso como infiltrado ya que es la única conexión con Salazar. Paco y Mariano no quieren dejar sólo a su amigo, por lo que se ofrecen para coordinar el caso y Don Lorenzo le entrega a Paco el número de la clave secreta que Lucas tiene que conseguir. Lucas confiesa a Sara que ahora es un contra infiltrado de Salazar.
Aitor amenaza a Lucas con ir a la policía si no le dice dónde está Carlota. Salazar y su banda tienen vigilado a Aitor y están dispuestos a matarle si supone una amenaza para su plan, pero Lucas negocia con ellos para que le dejen demostrar que Aitor no se va a inmiscuir en el caso. Pepa convence a las chicas para ir a una despedida de soltera de una amiga.
Paco sigue empeñado en que Sara tiene un lío amoroso y quiere averiguar de quién se trata para su tranquilidad. Paco pide a su hermana Pepa que sea ella quien se encargue de averiguarlo. Don Lorenzo, que está durmiendo en casa de Lola y Paco, y que desconoce los planes de Paco, empieza a sospechar que Pepa y Sarita están liadas.
Paco y Mariano, al enterarse de que el caso del narcotraficante vuelve a estar en manos de la Guardia Civil, deciden vengarse resolviendo algún caso que tuvieran pendiente. Y seleccionan uno de enfermos mentales muertos en extrañas circunstancias, todos ellos internos en la misma Institución Mental. Mariano y Paco se infiltran como dementes.
Capítulo 71 Paco, Mariano, y Félix se despiertan desorientados en una nueva habitación, con camisas de fuerza. Están en el antiguo módulo de aislamiento de la Institución mental en la que se han infiltrado y un enfermero les pincha para drogarles. Por su parte, Lucas y Sara tienen que reunir todo el material necesario para montar la bomba que quieren poner bajo el camión.
La comandante Salgado llega a la Comisaría se San Antonio como la oficial designada por el CNI para la dirigir investigación del caso “Kaiser”. Salgado reclama la tarjeta del móvil del agente Smith y Paco confiesa que se la tragó accidentalmente, es entonces cuando le dan un plazo de dos horas para expulsarla por sí mismo o le intervendrán quirúrgicamente. Para evitar que la tarjeta caiga en manos de la agente Salgado, Curtis, Kike, Povedilla, y Rita planean una estrategia para intercambiar las heces de Paco. Mariano es quien dirige el operativo con la intención de borrar la tarjeta antes de dársela a Salgado. Hacen un sorteo y será a Povedilla a quien le toque dar el cambiazo. Una vez liberada Carlota, Lucas pide a Lola que acompañe a su hermana a Argentina y se asegure de que no le pasa nada. Ya más tranquilo, Lucas quiere celebrarlo con Sara preparándole un desayuno en ‘Los Cachis’ antes de ir a entregarla a la Comisaría, pero Arrieta les está esperando. Primero les esposa a la barra del bar y obliga a Lucas a tragarse la llave, y luego les rocía de gasolina. Arrieta les entrega un cuchillo para ver si Lucas es capaz de abrirse el estómago para salvar a Sara, y todo antes de que se consuma una vela y se quemen vivos.
A Povedilla le van a dar la placa de policía y la medalla al mérito policial y aunque él no está por la labor de celebrarlo dadas las circunstancias, Rita, Curtis y Kike le presionan para que al menos haga un discurso. Todos quieren ayudar al becario a escribirlo y Rita se enfada con Povedilla por su falta de personalidad y porque ni siquiera va a ser él mismo.
Paco y Mariano descubren cosas de Lucas en el cuarto de Sara y llegan a la conclusión de que Lucas ha seducido a Sara y la ha convertido en su cómplice. Paco, muy enfadado ante la falta de confianza de su hija y de su amigo, pide a Mariano que siga a Sara para dar con Lucas antes de que lo haga la policía.
Paco esta desesperado por encontrar a Lucas ya que Sara no quiere declarar en su contra y es la única forma de que su hija salga de la cárcel sin cargos. Como cuentan con la ventaja de que Lucas no sabe que Sara está detenida, Paco y Mariano deciden mandar un mensaje a su amigo utilizando el móvil de Sara para atraerle.
Se está celebrando el funeral de Lucas y todos están muy afectados por su muerte, y en particular, Sara, totalmente hundida tras la desaparición del gran amor de su vida. Desde el momento de la explosión del coche, la Comandante Salgado abrió una investigación para comprobar los hechos, ya que los únicos testigos de la muerte de Lucas fueron Paco y Mariano.
Paco reúne a sus hombres en secreto y les pide un pacto de silencio porque ya saben donde va a actuar el Kaiser, y que va a ser ese mismo día. El plan es infiltrarse en una base militar aérea para atraparle y evitar el robo del siglo. Aprovechando la reunión, Lucas contacta con sus compañeros y todos se alegran al descubrir que está vivo.
Aitor va tras un sospechoso, un hombre negro. Cuando le intercepta, entra en el juego del agresor y acaban peleándoseSalgado ofrece a Lucas la posibilidad de ser Coordinador Nacional de Fuerzas Especiales del CNI. Si acepta, tendría que irse a vivir a Estados Unidos para recibir adiestramiento policial.
A Don Lorenzo (Juan Diego) cada vez le funciona peor la cabeza y él sigue sin darse cuenta. Cuando le llaman del Ministerio para proponerle que negocie con ETA, Paco (Paco Tous) quiere evitar que su suegro pueda meterse en un lío gordo y Mariano (Pepón Nieto) propone ponerle a alguien que le vigile constantemente y que le grabe en vídeo.
Don Lorenzo (Juan Diego), consciente de que está teniendo ciertos problemas de memoria, pide a Povedilla (Carlos Santos) que sea su lazarillo; su banco de memoria. Cuando Paco (Paco Tous) se entera, pide a sus hombres que hagan todo lo posible por hacer que el Comisario asuma su problema y vaya al hospital por iniciativa propia.
Paco y Mariano continúan investigando a Gayarre, el jefe de la banda de narco-crimen mexicana. Cuando consiguen hacerse con un gallo para la pelea ilegal que organiza Gayarre, Mariano droga al animal con todo tipo de sustancias estupefacientes para hacerle más fuerte. Por otro lado, Mariano sigue con sus intentos de romper su relación con Salgado.
Tras su boda, Mariano quiere evitar pasar tiempo con su esposa, Salgado. La misma noche de bodas se refugia en casa de Paco y le pide que mienta a Salgado y le diga que están en un operativo urgente. La idea de Mariano es abandonarla antes de su viaje de novios. Por su parte sara y Aitor siguen investigando el coche que entró en la Zarzuela.
Paco le explica a Mariano ya más tranquilo los motivos por los que le echó de su casa. Mariano acepta la explicación de su amigo y decide emanciparse por completo y llevar casos por su cuenta.Mientras, Sara y Aitor consiguen localizar al hombre que pujó en la subasta por el coche que le regaló Paco.
Un hombre misterioso vestido de negro –"Blackman"- interviene en un operativo policial en el que un atracador tiene retenido a un rehén. "Blackman" aparece de la nada e intercepta al atracador saltando con él desde una azotea para luego entregárselo a la policía. Don Lorenzo (Juan Diego) ordena detener e interrogar al hombre misterioso, pero la prensa se hace eco y la gente pide su liberación ya que le consideran un héroe popular, que además cuelga sus hazañas en internet. Don Lorenzo (Juan Diego) se niega a soltarle sin que antes sea psicoanalizado por Félix para comprobar si está loco. El hermano del mecánico que introdujo el explosivo en el coche y que fue asesinado en su taller, acepta declarar a cambio de que la policía le proteja ya que asegura que se está planeando una masacre. Montoya (Aitor Luna) ordena a Povedilla poner a salvo al testigo en un piso y mantener en secreto su paradero. Sara (Michelle Jenner) y Aitor (Mario Casas) son a su vez localizados por dos francotiradores islamistas dispuestos a matarles si nos les dicen dónde se esconde el testigo. Mariano (Pepón Nieto) insinúa a Paco (Paco Tous) que Sara (Michelle Jenner) y Aitor (Mario Casas) están tonteando demasiado y que deben tomar medidas. Creen confirmar sus sospechas cuando les ven juntos en una actitud demasiado cariñosa. Por su parte, Povedilla (Carlos Santos) sigue con sus dudas sobre qué hacer con Rita (Neus Sanz), si debe intentar recuperarla o no, y el acercamiento entre Montoya (Aitor Luna) y su ex mujer tampoco le ayuda.
Paco (Paco Tous) y Mariano (Pepón Nieto) han ido a Siria en busca de Lucas (Hugo Silva) sin que nadie lo sepa. Su intención es contarle que Sara (Michelle Jenner) le está siendo infiel con Aitor (Mario Casas). En su expedición por el desierto, son acogidos por unos tuaregs que les ponen a salvo de una tormenta de arena. Paco (Paco Tous) y Mariano (Pepón Nieto) se refugian con ellos mientras Mariano (Pepón Nieto) le hace replantearse a su amigo si entrometerse en la vida de su hija es buena idea. Don Lorenzo (Juan Diego) sigue recibiendo llamadas misteriosas y está decidido a investigar por su cuenta el"caso Palenque", caso de asesinatos, extorsiones, proxenetismo y tráfico de drogas que fue archivado hace tiempo sin resolver. Povedilla (Carlos Santos) escucha una conversación en la que el Comisario solicita una cita con un chico de 16 años, un chapero. Esto "mosquea" Curtis (Fede Celada) , Kike (Enrique Martínez) y Povedilla (Carlos Santos) y deciden espiarle. Por su parte, Rita (Neus Sanz) escribe una carta a Don Lorenzo (Juan Diego) pidiéndole el traslado porque teme confundir sus sentimientos por Montoya (Aitor Luna). Don Lorenzo (Juan Diego) está muy enfadado con sus hombres por haberle mantenido al margen de dos operativos, tanto el de la investigación sobre el Rey, como del seguimiento a los mecánicos. El Comisario ordena a Sara (Michelle Jenner) y Aitor (Mario Casas) que se vayan a casa para recuperarse de las heridas sufridas tras estrellar su coche, pero ellos le piden a Curtis (Fede Celada) que les de 24 horas de plazo para investigar por su cuenta a los terroristas islamistas antes de que el caso pase a disposición judicial.
Don Lorenzo (Juan Diego) sigue inmerso en el caso "Palenque", caso de asesinatos, extorsiones, proxenetismo y tráfico de drogas que fue archivado sin resolver. El Comisario quiere evitar los procedimientos legales al existir la posibilidad de que estén altos cargos implicados, pero a Montoya (Aitor Luna) no le parece bien que Don Lorenzo (Juan Diego) investigue por su cuenta y se salte la ley. Don Lorenzo (Juan Diego), siguiendo su plan, llama a una agencia para solicitar los "servicios sexuales" de un chico y se cita con él en su casa. Hasta que regresen Paco (Paco Tous) y Mariano de Siria, Curtis y Kike (Enrique Martínez) deciden utilizar a Povedilla para ganar tiempo vistiéndolo a lo "lolita" para que seduzca a Don Lorenzo y así desviar su atención. Paco y Mariano (Pepón Nieto) continúan en el desierto de Siria. Paco sigue sin saber qué hacer con Sara (Michelle Jenner), si debe contarle a Lucas lo que está pasando con Aitor (Mario Casas), y Mariano (Pepón Nieto) le reprocha que espiar a su hija no es la mejor forma de hacer las cosas. Curtis (Fede Celada) pide a Pepa (Laura Sánchez) que le acompañe y se inventa un operativo para impresionarla y hacerse el héroe delante de ella. Sara (Michelle Jenner) descubre que es Aitor (Mario Casas) quien le ha estado mandando mensajes de amor al móvil haciéndose pasar por Lucas (Hugo Silva). Aitor (Mario Casas) intenta hacerle comprender que lo hacía porque se preocupaba por ella y terminan discutiendo. Por otro lado, se les ha acabado el tiempo a ambos para seguir con la investigación de los islamistas por su cuenta y deben devolver los documentos a la comisaría.
En este capítulo, titulado “La inteligencia de San Antonio”, se cierra definitivamente el sumario del caso de los islamistas y del posible atentado contra el Rey. Tras este caso, Paco (Paco Tous) y sus hombres se enfrentan al mayor reto profesional de sus carreras: impedir el atentado que Al Qaeda planea contra la cumbre del G8 en un tiempo récord. La seguridad mundial dependerá de ellos y tendrán que emplearse a fondo para evitar una masacre. La CIA llega a San Antonio para colaborar con la comisaría en la seguridad de la cumbre del G8 que se celebra en España. Don Lorenzo (Juan Diego) pide a Paco y Mariano (Pepón Nieto) que intercambien información con ellos y que les expliquen cómo proceder en el operativo de seguridad de la comitiva de mandatarios. Mientras, Curtis (Fede Celada), Rita, Povedilla y Nelson, que quieren formar parte de la escolta de la Cumbre, organizan entre ellos una competición de pruebas de resistencia física algo macabras. Paco y sus hombres siguen adelante con la investigación de los islamistas; su única pista es un gimnasio desde donde se hicieron algunas llamadas a los terroristas. Sara (Michelle Jenner) y Aitor (Mario Casas) se tendrán que infiltrar y hacerse pasar por una pareja que está esperando un bebé para asistir a las clases de preparación al parto. Aitor, que siente algo más que amistad por Sara, habla con Paco para pedirle que le cambie de compañero y evitar así pasar tanto tiempo con ella.
A Mariano (Pepón Nieto) se le ha subido a la cabeza el éxito de la operación, tras desmantelar junto a la CIA el atentado contra el Rey y contra los mandatarios del G8 y evitar un conflicto mundial; incluso ha concedido a sus hombres el día libre. Mariano (Pepón Nieto) se queja de que no les reconocen los méritos, y más cuando Don Lorenzo (Juan Diego) anuncia que se va a Washington, donde el presidente celebrará un acto en la Casa Blanca para agradecer el desmantelamiento del atentado terrorista. Un hortelano que tiene problemas con su huerto acude a la comisaría en busca de ayuda. Se queja de que su cosecha está podrida y de que algo raro sucede en su huerto por las noches, lo que le lleva a pensar que puede tratarse de extraterrestres. Mariano (Pepón Nieto) decide tomar las riendas del caso y convence a Paco (Paco Tous) para investigar por su cuenta. Su plan es ir al lugar de los hechos en busca de ovnis, pero sin permiso legal. Se ha llevado a cabo una redada contra cinco disco-bares de San Antonio que acumulaban varias denuncias por venta de alcohol a menores, ruidos y peleas, pero Sara (Michelle Jenner) deja abierto uno de ellos porque piensa que puede ser la tapadera de algo más gordo y quiere averiguarlo. Don Lorenzo (Juan Diego) ordena que vaya inmediatamente a cerrarlo, pero Sara (Michelle Jenner) ignora a su abuelo y decide infiltrarse por su cuenta. Don Lorenzo (Juan Diego), que se entera de las intenciones de su nieta, manda a Aitor (Mario Casas) para vigilarla y asegurarse de que cierra el local. Rita (Neus Sanz) toma la iniciativa de prepararle a Montoya (Aitor Luna) una cita con su prima del pueblo, Marga. Aunque al principio Montoya (Aitor Luna) se muestra un poco reacio a quedar, Rita (Neus Sanz) le anima a que "salga al mercado". También Montoya (Aitor Luna) va a recibir la visita de un amigo suyo de la CIA, por lo que finalmente deciden salir los cuatro juntos.
Paco (Paco Tous) y Mariano (Pepón Nieto) continúan la investigación del huerto misterioso. Tras allanar una propiedad privada en mitad de la noche y robar un barril sospechoso con la ayuda de Aitor (Mario Casas), deciden llevar el recipiente directamente a su casa. Cuando Silvia (Marian Aguilera) analiza el contenido, descubren que se trata de uranio, algo solo controlado por la Agencia estatal de la Energía Atómica. Su objetivo pasará a ser descubrir cómo ha ido a parar allí y conseguir pruebas legales. Paco (Paco Tous) recluta a Aitor (Mario Casas) en su unidad para tenerle constantemente vigilado y evitar así que pase tiempo con Sara; incluso le cambia los turnos para que no tenga tiempo libre. Aitor se toma muy en serio las órdenes de Paco, hasta el punto de humillar a Sara delante de todo el mundo para que ella le odie, y parece que lo consigue. Por su parte, Sara (Michelle Jenner) ignorando de nuevo las órdenes de su abuelo de cerrar la discoteca, vuelve allí para seguir investigando por su cuenta. Montoya (Aitor Luna) quiere explicarle a Rita que lo que pasó entre él y Marga fue algo sin importancia pero Rita (Neus Sanz) prefiere evitarle. Montoya le confiesa a Curtis que siente algo más por Rita y que lo de Marga solo ha sido algo pasajero, y Curtis (Fede Celada) a su vez se lo comunica a Rita, que se emociona con la noticia. Mientras que Silvia y Pepa (Laura Sánchez) parecen haberse reconciliado, Curtis quiere tener una cita con Pepa, ya que piensa que ella le quiere de verdad después de lo que le dijo en la ambulancia cuando estaba al borde de la muerte.
Paco y Mariano tienen retenido en casa a Fabrizzio, el mafioso italiano, a escondidas ya que no tienen orden judicial y la vida de Nelson está en juego. Su prioridad es garantizar la seguridad de su compañero hasta que lo intercambien por Fabrizzio. También tienen el problema de evitar que Don Lorenzo se entere de que tienen un rehén en casa.
La comisaría de San Antonio está patas arriba. Aitor y Povedilla están en detenidos, acusados de homicidio y de cómplice respectivamente. Trujillo ha destituido a Don Lorenzo y hay una orden de búsqueda y captura contra Mariano, Paco y Nelson. Además, alguien ha envenenado a Aitor y Silvia le pide matrimonio a Pepa.
Tras la detención de Vittorio, uno de los miembros de la mafia italiana, Paco y sus hombres celebran el éxito de la operación y la alegría de estar vivos, pero desconocen que la Camorra sigue al acecho y que nos les va a dejar tranquilos después de que hayan arrestado a uno de los miembros de su familia...
En la Comisaría de San Antonio tratan de identificar a Bravante, el número dos de la Camorra, y Paco es el único que le ha visto la cara. Aunque piensan que tras la muerte de Jota, el agente infiltrado en su organización, la amenaza está zanjada, hay una psicosis general y todos tienen miedo de hacer vida normal.
Tras la detención de varios miembros de la Camorra Napolitana, un programa de televisión acude a la comisaría de San Antonio para entrevistar a Paco y a sus hombres. Justo cuando están en directo, entra una llamada de un hombre que tiene un rehén y está dispuesto a matarle si no se lo impide la policía en un plazo de 20 minutos.
"El Gordo", el número uno de la mafia italiana y máximo objetivo del CNI y de la Interpol, se ha desplazado a España para vengarse de Paco y de sus hombres; su plan es acabar con todos en el caserío donde se va a celebrar la boda. Por su parte, Sara está teniendo sueños inquietantes con Lucas y Aitor se da cuenta de que algo le pasa.
La boda de Pepa (Laura Sánchez) y Silvia (Marian Aguilera) se convierte en un baño de sangre, poco les dura la alegría por la inesperada aparición de Lucas. Los policías de la comisaría de San Antonio están en la lista negra de la Camorra, y el número uno en persona se ha desplazado a España para llevar a cabo su venganza.
Han pasado seis meses desde la tragedia en la que murieron Silvia, Quique, Nelson y Montoya a manos de la Camorra el día de la boda de Pepa y Silvia.El dolor persiste, acrecentado porque es Navidad y la ausencia de sus amigos se hace más notable.Aitor lleva seis meses liado con la nueva Inspectora Jefe.
Mariano, que volvió a la nueva escena del crimen por su cuenta, ha sido mordido por el caníbal y lo lleva detenido a la comisaría, pero las pruebas que tienen contra él no son concluyentes.El caníbal les dice que sigue el camino marcado por el padre de Satán.Todos empiezan a asustarse, y más cuando descubren en la espalda de Mariano una pintada en latín.
Dani y los becarios siguen manejando a WIN-E para incomodar a Povedilla. Dani está harto de que le humille delante de sus compañeros y ha decidido grabar las conversaciones que Povedilla tiene con el robot para utilizarlas en su contra. Así consigue humillarle y poner al descubierto sus verdaderos miedos.
Deker (Benjamín Vicuña) espera hasta el último minuto para revivir a Blackman después de haberle provocado un infarto. Una vez fuera de peligro, Blackman confiesa que no sabe nade del caníbal, pero que hay un grupo de mujeres albanesas retenidas en un contenedor para ser vendidas en burdeles y que tienen muy poco tiempo para dar con ellas y salvarlas.
Paco está decidido a ir al colegio donde se crió Amadeo (el caníbal). Lo único que saben después de visitar a la madre de éste es que Amadeo vivió una experiencia traumática con 11 años. Paco quiere respuestas y Povedilla, Lis y Dani se ofrecen como voluntarios para acompañarle en misión extraoficial.
Paco (Paco Tous) va a un fumadero con Povedilla (Carlos Santos) y se sumerge en un sueño profundo, en el que se enfrenta cara a cara con Satán en una partida de ajedrez, además de reencontrarse con su hija Sara (Michelle Jenner), que esta embarazada. Paco, dispuesto a conocer la solución para salvar al mundo y vencer a Satán, tarda en despertar del sueño.
'Los hombres de Paco' se despide de los espectadores con un capítulo en el que una vez más sus protagonistas tendrán que estar más unidos que nunca para ayudar a Paco en su batalla final contra Satán. Mientras tanto, Sara (Michelle Jenner) volverá junto a su padre, se reencontrara con Aitor (Mario Casas) y se pondrá de parto, pero su bebé no estará a salvo. La saga de los Miranda está, en el capítulo final de la serie, más en peligro que nunca.
Un giro inesperado cambia la vida de los policías de San Antonio. Paco, Mariano e Ika vigilan el parking donde se va a producir una venta ilegal de escopetas de caza. La misión se complica cuando descubren que la furgoneta sospechosa esconde una ojiva nuclear. Aunque logran escabullirse de las bandas rusas y angoleñas implicadas en el tráfico de armas nucleares, los tres agentes se empeñan en seguir la pista de la ojiva. Acabarán en un aeródromo en medio de un tiroteo que nadie sabe cómo ha empezado. Sara, que ahora ejerce de inspectora en Barcelona, visita a su padre. Es evidente que Paco añora a su nieto Paquito y que todavía conserva la esperanza de recuperar a Lola, su exmujer. Descubrimos que Sara y Lucas mantienen su relación de pareja y que este tendrá mucho que ver con el cambio radical en la trayectoria profesional de los policías de San Antonio.
Mariano es el encargado de recuperar a los restos de Franco, la próxima misión de los hombres de Paco en su nuevo destino. Paco, Mariano e Ika se incorporan a una unidad especializada de investigación. Dolores Urbizu, que será la encargada de coordinar al equipo junto con Paco, les presenta al resto del equipo: Rita, la antigua compañera de la comisaría de San Antonio, y Rober, un joven agente con el Ika intercambia un par de miradas. Ahora sólo falta convencer a Povedilla de que abandone su trabajo en la autoescuela y se una a ellos. Dolores explica que su primera misión tiene que ver con que la exhumación del cuerpo de Franco, algo que nunca sucedió. Mariano será el encargado de recuperar los restos del caudillo, en manos de unos delincuentes desde hace más de un año. El agente acabará encerrado en un zulo y abocado a pasar el resto de sus días junto a Franco, si no se paga el rescate exigido por los secuestradores.
El nuevo equipo del CNI, a las órdenes de Paco y Dolores, se encarga de detener a un asesino que se come a sus víctimas. Para ello dependen de otra caníbal, ahora en prisión, que insiste en que Paco y Mariano degusten con ella un buen plato de carne humana a cambio de pistas. Ika y Rober, cada vez más cómplices en lo personal, se verán en grave peligro tras acercarse demasiado al asesino. Povedilla le cuenta a Mariano lo que ha descubierto revisando los vídeos del tiroteo en el aeródromo: Lucas es el tirador que abrió el fuego cuando intentaban detener a la banda de congoleños que se escapaban con la ojiva nuclear. El dato descoloca a Mariano, que no entiende la actuación de Lucas y prefiere no informar a Paco de sus sospechas.
El equipo del CNI debe encontrar una doble para la reina Letizia, que no puede acudir a un acto oficial organizado por Arabia Saudí. Rita propone como sustituta a una amiga de Povedilla con un parecido más que razonable. Los agentes se encargarán de la difícil tarea de convertir a Covadonga en reina. Mariano no encuentra el momento de enseñar a Paco unas fotografías relacionadas con el caso de la ojiva nuclear robada. El material podría inculpar a Lucas como traficante de armas. A pesar de que todo el equipo sospecha de Lucas, Mariano se niega a creer que su amigo sea un corrupto.
El CNI busca a Lombard, un líder neonazi perseguido a nivel internacional. Mientras colocan las cámaras y micros en la sede de la organización liderada por Lombard, Mariano descubre que su sobrino es uno de los afiliados. El agente deberá infiltrarse en una reunión de neonazis para desarticular la organización desde dentro. La atracción entre Ika y Rober es superior a las dificultades que presenta el hecho de que él sea transexual. Ika hace un esfuerzo para aceptar la situación y busca consejo en una asociación LGTBI. Paco ve el folleto y empieza a preocuparse por la orientación sexual de su sobrina. Las conclusiones a las que llega están muy alejadas de la realidad.
El CNI sufre el ataque de un virus informático. El equipo de Dolores y Paco sólo tiene 8 horas para recuperar la información desaparecida, pero los dispositivos inteligentes han sido inutilizados. Todos deberán volver a la era analógica si quieren detener al ciber- terrorista. Mientras el CNI descubre que un adolescente es el hacker que buscan, los dos vendedores rusos de la ojiva nuclear consiguen escapar de la cárcel aprovechando el caos provocado por el corte de internet. Mariano se queda muy preocupado por la noticia.
El equipo de Paco y Dolores se enfrenta a una misión fundamental para mantener la integridad de España: conseguir una acuarela del siglo XVII, bajo la cual se esconde un documento firmado por Felipe IV que concede la independencia a Cataluña. Animado por sus compañeros, Paco intenta ligar a través de las modernas aplicaciones de citas tan de moda en la actualidad. Mientras, su sobrina Ika tiene cada vez más claro que debe superar el hecho de que Rober sea transexual y dar un paso más en su relación.
Hace 20 años, el CNI colocó unos micrófonos en el Air Force One para espiar al Presidente de los Estados Unidos. El avión presidencial ha sufrido una avería que ha provocado un aterrizaje forzoso en suelo español, lo que supone una oportunidad para recuperar esos micros y evitar un conflicto diplomático. Mariano, Rober e Ika se infiltran en el aparato como operarios de reparaciones, pero lo que parecía una operación sencilla se complica cuando descubren una bomba en el avión y uno de los pilotos les confunde con terroristas. Mientras tanto, en las oficinas del CNI, Paco descubre que la mujer con la que se acostó para olvidar a Dolores no solo trabaja en el CNI, sino que es la hermana de la propia Dolores.
Norman, uno de los pilotos del Air Force One, se ha encerrado en la cabina del avión y lo ha hecho despegar con Mariano, Ika y Róber a bordo. Él es el verdadero responsable de la bomba que han descubierto en el aparato y que se acaba de activar. Los agentes del CNI tiene 50 minutos para hacerse con el control si quieren salir con vida
Paco, Mariano e Ika están encerrados en una central nuclear tras intentar detener a unos activistas medioambientales que pretendían llamar la atención saboteando la planta. El ataque provoca el bloqueo de todas las puertas y el peligro de radiación es inminente. Sus compañeros del CNI tienen 45 minutos para rescatarlos gracias al prototipo IA-21, un robot humanoide que Povedilla se encargará de manejar.
Paco, Mariano y Povedilla se encargan del caso de la desaparición del doctor Carreño Juárez, responsable de importantes investigaciones clasificadas sobre teoría de cuerdas y teletransportación que podrían afectar a la seguridad nacional. Registrando el laboratorio de científico desaparecido, descubren un universo paralelo donde Paco se encuentra con su exmujer. Ahora Lola es ministra y él ejerce como su guardaespaldas.
El CNI anda tras la pista de La Llorona, la mayor narcotraficante de Latinoamérica desde Pablo Escobar. El plan es sencillo: infiltrar a Rober y a Mariano en la misma discoteca donde los hombres de “La Llorona” pasarán la noche y colocarles microGPSs que los lleven hasta ella. Lo que no esperan es que Yolanda, la mujer de Mariano, se iba a cruzar en el camino. Mientras, Paco se recupera en el hospital del accidente sufrido con la máquina del doctor Carreño. Allí se encuentra con Don Lorenzo que, tan cascarrabias como siempre, está empeñado en que uno de los enfermeros anda metido en algo turbio.
Las cosas no podrían ir peor para Paco y Mariano: no solo no hallan respuestas que expliquen la relación entre los rusos y las fotos de Lucas con otra familia, sino que esta investigación ha llevado a Povedilla a una muerte segura en una cárcel de Libia. De nuevo, el compañerismo que se respiraba en la antigua comisaría de San Antonio ejercerá de espíritu salvador de la situación: Aitor (Mario Casas), que ahora trabaja en la embajada de Libia, hará todo lo posible que Povedilla vuelva sano y salvo: incluso pegarse en un ring de peleas clandestinas.
Avisados sobre la venta de un virus mortal por parte de unos bioterroristas, los agentes del CNI llegan al lugar del intercambio donde se encuentran un cadáver desfigurado y un chihuahua. Tras analizar las extrañas circunstancias que envuelven el crimen, llegan a la conclusión de que el perro es el portador del virus. El chihuahua escapa por los conductos de ventilación tras morder a Rita y Povedilla. Incapaces de recuperarlo, se ponen en contacto con Curtis, su antiguo compañero que ahora es el famoso presentador de un programa de televisión sobre animales.
Un empresario japonés ha sido asesinado y el CNI sospecha que puede haber más muertes. Están seguros de que la jakuza está detrás, pero la única pista que tienen es la imagen de un ninja con catana huyendo de la escena del crimen. Al poner sobre la mesa las fotos de los posibles sospechosos, Povedilla descubre el retrato de Yuriko, la mujer con la que sale desde hace meses y de la que está enamorado. El plan es quedar con ella y ponerle un localizador en su móvil. Algo a lo que Povedilla se niega.
Paco y Dolores han salido indemnes del atentado en la casa de Elisa. Escondieron a Elisa y su hijo en el piso franco, pero… no se han librado de la bronca de Peñafiel. Su jefe pide explicaciones, pero ninguno de cuenta nada. Todo el equipo está con ellos y tratan de pensar un plan para ayudarlos, cuando reciben una llamada de Lucas: “Paco, no confíes en nadie, hay un topo en el CNI”