El padre de Lucas parece estar vivo. Paco, Lola y Sara han sido secuestrados por Castresana, el mafioso que está detrás del ‘Caso Uriarte’, recientemente reabierto. Esta circunstancia sirve al inspector para descubrir que tras la identidad de Castresana se esconde Tomás, el padre de Lucas. En su día, Paco y Lola encubrieron a Tomás y colaboraron para hacer creer a todo el mundo que había muerto. El ahora Castresana quiere que su hijo Lucas y toda la familia Miranda huyan con él fuera del país. Mientras tanto, Pacheco y Escobar se muestran convencidos de que Paco y su familia han huido de la justicia. Pacheco quiere utilizar a Lucas, deseoso de encontrar a Paco, al que cree responsable de la muerte de su padre, para interrogar al único detenido que les puede llevar hasta Castresana, pero Escobar, que está en contra de los métodos violentos que podría utilizar Lucas para sacar información, se enfrenta a él. Por su parte, Don Lorenzo, que está volcado en la búsqueda de Paco y su familia, delega en Mariano el resto de los asuntos de la comisaría. El subinspector se siente agobiado por tanta responsabilidad, lo que contribuye a aumentar las dificultades para ver que ha comenzado a padecer. Rita se ofrece entonces a ser su lazarillo hasta que el problema se resuelva y Kike y Curtis malinterpretan los gestos de cariño que se producen entre ambos.