“Esto es tan bueno que nunca sabrías que lo ha hecho una mujer”. Ese fue el “cumplido” que dedicó el profesor Hans Hofmann a la obra de Lee Krasner y que resume muy bien la trayectoria de esta pintora americana. Aunque tenía muchísimo talento, Krasner siempre vivió a la sombra de su esposo, Jackson Pollock, la figura más importante del expresionismo abstracto. Y estar a su sombra significó aguantar su alcoholismo, violencia, infidelidades y necesidad de atención constante. Cuando él murió, Krasner pudo dedicarse por entero a pintar, creando una obra interesante y diversa. Pero nunca consiguió quitarse la etiqueta de “viuda del expresionismo abstracto”.