Daisy se siente dominada por su hija Amanda, de sólo cinco años. La niña se lo tiene tan bien montado que consigue todo lo que quiere y además se permite el lujo de mandar y ordenar a su madre. Amanda no respeta en absoluto a su madre, le echa en cara todo lo que le parece y le hace chantajes emocionales. No come a sus horas, se duerme a las 2 de la madrugada, va a su aire, siempre lía alguna y se niega a ponerse la ropa que ella no elige. En el colegio tampoco hace caso a nadie.
Una niña acostumbrada a conseguir todo lo que quiere y que aparentemente lo tiene todo... Todo, menos paciencia. Y una madre joven que no sabe cómo reaccionar ante las rabietas de su hija