Érika tiene 16 años y, harta del consumo de cuerpos en las redes sociales, cuelga una publicación para denunciarlo. Una videocreación que no tarda en ser eliminada por, supuestamente, tener contenido sexual. Indignada, Érika cuelga otra storie para protestar con el texto: “Que no te permitan ser tú”. Un mensaje que cala hondo en otros tres adolescentes que lidian con sus propias red flags: Toni y una situación de abuso de la que ni siquiera es consciente, Luna y un novio tóxico, y Walter y unas amistades igualmente nocivas. Los cuatro jóvenes, sin saberlo, cruzan sus destinos para siempre gracias a la publicación de Érika.
Érika sigue recibiendo odio por sus publicaciones mientras conecta cada vez más con Sam durante al festival de arte al que acuden junto a Andrea. Walter, por su parte, se agobia por la presión de sus amigos y termina estallando, mientras Luna descubre que su novio la está poniendo a prueba. Toni, por último, sufre al ver cómo Igor le ignora. Los cuatro, sin embargo, terminan encontrando un espacio seguro en la red que crea Érika.
El grupo de amigos se desvirtualiza por fin en la fiesta donde pincha Toni. En el transcurso de la noche, Érika se arma de valor para contarle a Andrea que se besó con Sam mientras que su amigo Brais tontea con Toni, que no consigue quitarse a Igor de la cabeza. Luna, por su parte, sufre el marcaje de Jorge y termina enfrentándose a él. Walter es el que más disfruta de la fiesta al sentir que ha encontrado un grupo en el que encaja de verdad.
Tras la confesión de Érika, Andrea acepta hacer un trío con Sam, aunque las cosas no salen como esperaban. Tampoco para Walter que sufre el bullyng de sus compañeros y acaba tomando la peor de las decisiones. Toni y Luna, en cambio, reúnen por fin la fuerza para imponer su red flag. Lo que está claro es que, ahora, los cuatro amigos se necesitan más que nunca.
Walter organiza una fiesta en su casa donde su química con Luna y Érika les lleva a dar un paso inesperado mientras Toni decide darse una oportunidad con Brais. Ese buen rollo inicial se trunca cuando Luna y Érika descubren lo que hizo Walter para defenderse de sus compañeros y Brais empieza a sentirse incómodo con Toni. La amistad entre los cuatro quedará pendiente de un hilo.
Tras lo ocurrido en la fiesta, los cuatro amigos inician su propia catarsis: Walter trata de redimirse denunciando el envío de fotos en el grupo y contándole a su madre lo que hizo mientras Toni se enfrenta a Igor. Luna y Érika, por su parte, pactan hacer frente a sus problemas: Luna a romper definitivamente con Jorge y Érika a confesarle a su madre su trastorno.
Los cuatro amigos encaran al fin sus conflictos: Érika acude al médico para tratarse de su TCA, Walter denuncia en comisaría el envío de fotos en el grupo del equipo y se distancia de Pablo, y Luna rompe definitivamente su amistad con Alba. Ellas también perdonan a Walter por haber enviado la foto de Anna y, entre los tres, tratan de encontrar a Toni, que continúa en una espiral de autodestrucción tras tomar conciencia del abuso de Igor.