Tras la confesión de Érika, Andrea acepta hacer un trío con Sam, aunque las cosas no salen como esperaban. Tampoco para Walter que sufre el bullyng de sus compañeros y acaba tomando la peor de las decisiones. Toni y Luna, en cambio, reúnen por fin la fuerza para imponer su red flag. Lo que está claro es que, ahora, los cuatro amigos se necesitan más que nunca.