Al final del siglo IV, los romanos y los bárbaros conviven en el imperio de forma inestable, una situación que a menudo estalla de forma violenta. Cuando el emperador Teodosio contrata a los godos como mercenarios, se apoya en su general de confianza, Estilicón, de ascendencia vándala y romana, para garantizar la lealtad de los godos. Sin embargo, Teodosio utiliza a los soldados godos como carne de cañón en una guerra civil, haciendo que se rebelen bajo el liderazgo de Alarico, un hombre al que llaman rey. Teodosio muere poco después y deja el imperio a sus dos jóvenes hijos, al tiempo que ha nombrado a Estilicón regente en el oeste. Ya que Alarico busca un hogar para su pueblo en el imperio y Estilicón lucha para proteger el imperio de nuevos enemigos, los dos hombres cruzan sus caminos, a veces como aliados, otras veces como enemigos. Sin embargo, finalmente los dos son víctimas de los prejuicios de los romanos, y los godos, dándose cuenta de que los romanos no quieren saber nada de los bárbaros, atacarán de nuevo a la propia Roma...