La frialdad con que Maca trata a Ester en el hospital es tan insoportable para la enfermera que, en un momento de debilidad, acabará confesando a Raúl su embarazo. Esta noticia, más la llamada sorpresa de Marina, su hermana desaparecida, marcarán el estado de ánimo del médico del Samur a lo largo del día.
Será precisamente el Samur quien protagonice el rescate de un niño de siete años que ha caído en un pozo mientras acompañaba a su padre, drogadicto, que previamente había ingresado en el Central por una sobredosis.
Carlos se planteará la separación de padre e hijo, no sólo por la demostrada adición del primero, sino al detectarle al niño una deformación en la cadera provocada por una posible falta de atención en los primeros años de vida. Las apariencias volverán a equivocarse, y Carlos descubrirá que este hombre es un buen padre.
La forma en que Carlos lleva esta historia está influenciada por el encuentro que ha tenido con su padre en la cárcel antes de ir al hospital. Carlos decide mantener su anonimato al descubrir que su padre es un hombre egoísta y desde que diagnosticarán de leucemia al hijo del ex de Cruz, Samuel, la médica estará volcada en el caso, abandonando, no sólo su trabajo en urgencias, sino la vida familiar con un Vilches que no puede ocultar los celos que siente hacia Samuel. El posible transplante de médula del niño se frustrará cuando llegue la incompatibilidad de las muestras. Todos los ojos se pondrán en Cándela, el último recurso que les queda.
Blanca, la paciente que el capítulo anterior perdió a su padre, ingresará por fin para seguir con el tratamiento. Para ello ha tenido que engañar a su madre diciéndole que se trata de un viaje de trabajo. Sin embargo Blanca tendrá que enfrentarse a malas noticias.
Guillermo, el otro hijo de Vilches, estará implicado en un accidente de un coche de una autoescuela. A espaldas de su padre y con un DNI falso, Guille pretende sacar el carné de cond