Luisma y Mauricio pretenden engañar a las chicas del barrio para verlas desnudas con la excusa de que están ayudando a una ONG contra la malaria. Mientras, Soraya se convierte en una ladrona profesional y roba unos carísimos zapatos, pero luego se arrepiente...
Un famoso fotógrafo especialista en retratos colectivos busca voluntarios en Esperanza Sur para inmortalizarlos en una campaña benéfica contra la malaria. Luisma y Mauricio se muestran reacios a colaborar en el proyecto en un primer momento hasta que descubren que en la foto aparecerá un gran número de mujeres desnudas.
La primogénita de Aída reprueba el comportamiento de Lorena tras descubrir que su hermana ha robado un vestido en la misma tienda donde ella ha visto un precioso par de zapatos. Ambas hermanas acuden a la boutique, donde Lorena enseña a Soraya cómo llevarse un artículo de la tienda sin que los dependientes se den cuenta y le entrega una bolsa forrada de papel de aluminio. Al día siguiente, Soraya luce unos fabulosos zapatos nuevos pero sus remordimientos por el vil acto cometido le obligarán a tomar una decisión insólita: regresar a la boutique para devolver el artículo sustraído.
El mal estado de la fruta de los últimos pedidos lleva a Chema a contactar con el proveedor para quejarse airadamente sobre la baja calidad del género recibido. El tendero decide quedar con él en Esperanza Sur para tratar el tema “cara a cara”. La situación se complica cuando el novio de Soraya descubre que el distribuidor de fruta es Paneque, un antiguo compañero de clase con fama de matón.