Para hacer frente a los gastos de su parte del alquiler del piso, Patxi acepta un puesto de vigilante de seguridad en la tienda de ropa donde trabaja Sara, ocasión que aprovecha para piropear a las clientes, obteniendo contra todo pronóstico un efecto positivo para el local. Pruden se compromete a grabar un vídeo para el bebé de Leire, cosa que no será fácil. Álex decide quitarse los tatuajes de su pecho para dar una sorpresa a Sara; la potencia de la anestesia que recibe en las sesiones es tan fuerte que Juan Mari empieza a creer que su empleado consume drogas.