El cuarto programa de MasterChef Uruguay tuvo de todo: competencia, tensión, suspenso y mucha, ¡muchísima emoción!
En la primera parte, el Cuerpo Veterano de Blandengues de la Frontera de Montevideo recibió con pompas y honores a los participantes, que no podían creer lo que estaban viviendo. Pero no se trataba de una visita turística, los 17 aspirantes a maestro de la cocina que todavía estaban en carrera debieron dividirse en dos grupos, con Nilson y Ana María -los más destacados en el último programa- como capitanes y encargados de seleccionar a los integrantes de sus respectivos equipos.
La consigna: preparar el almuerzo para cien Blandengues hambrientos, con pollo como ingrediente principal y en tan solo 90 minutos. Este desafío puso a prueba la capacidad para trabajar en equipo, así como la técnica y la calidad de los platos logrados. Los propios soldados eligieron al equipo ganador y sentenciaron a los perdedores a una nueva prueba.
En la segunda parte, los integrantes del equipo perdedor tuvieron que enfrentarse a la prueba más temida, la de eliminación. Esta vez trabajando en solitario y con sus delantales negros, el desafío fue hacer un chivito, típico plato uruguayo, lo que exigía mucha creatividad para sorprender al jurado.
Lucía, Sergio y Laurent estuvieron implacables y tras la ronda de devoluciones, decidieron quién debió abandonar la cocina de MasterChef Uruguay, transformándose en el segundo eliminado de la competencia.