Es todo un ejemplo de cómo alcanzar el ‘sueño americano’. En un año, Alexandria Ocasio-Cortez pasó de trabajar de camarera en una taquería de Nueva York a convertirse, con solo 29 años, en la congresista más joven de la historia de Estados Unidos. Situada en el ala más izquierdista del partido demócrata, AOC, como la llaman sus fans, se maneja a la perfección en los medios, sabe cómo llegar a los jóvenes a través de las redes sociales y esquiva con coraje y toques de humor los embistes de sus enemigos políticos. Pero su camino hasta las mullidas alfombras del Congreso ha sido de todo menos fácil. Nacida en el barrio neoyorquino del Bronx, AOC es hija de inmigrantes puertorriqueños de clase trabajadora a los que la vida no les ha regalado nada. Y, a la propia AOC, tampoco.