Era una mujer y, además, hija de un tendero. El destino parecía empujarla a una vida humilde y poco emocionante, pero Margaret Hilda Roberts, que adoptó el apellido Thatcher después de casarse, se convirtió en la primera jefa de Gobierno de la historia del Reino Unido, ganó tres elecciones seguidas y se alzó como uno de los personajes clave del siglo XX. Eso sí, la contradicción fue una constante en su trayectoria. Conservadora, ultraliberal, enemiga acérrima de los sindicatos y con una determinación implacable, para unos, Thatcher era la mujer más odiada de Inglaterra. Para otros, la persona que había llevado de nuevo al país a la primera línea del mundo. Hoy, su figura sigue siendo tan controvertida como lo fue durante la década que gobernó el Reino Unido con puño de hierro en guante de seda.