Una vida frenética; así podría definirse la trayectoria de Brigitte Bardot. Comenzó siendo un símbolo de la liberación de la mujer y la revolución sexual, una imagen empañada por varios giros imprevisibles y en muchas ocasiones erráticos. Pasiones, impulsos, intentos de suicidio, la defensa de los animales y sus declaraciones xenófobas se mezclan con su legado cinematográfico.