Unterwasserkameras erfassen Biber bei der Arbeit und Winterruhe in ihren Dämmen.
Underwater cameras capture beavers at work and resting in their dams during winter.
Philippe Cousteau observe les Castors depuis sa cabane du grand nord canadien. Dehors, alors que la température stagne à moins 40 °C, les Castors rongent et érigent des constructions de bois. Enfin le temps s'adoucit et permet à l'équipe de les suivre dans la rivière, jusqu'à l'intérieur des terriers.
En el extremo norte de Canadá, los hombres de Cousteau encuentran a los castores. Se instalan allí en una barraca especialmente acondicionada, dispuestos a filmar la vida de estas laboriosas criaturas mientras dure el invierno. Allí, éste no es sólo una estación más del año, sino el período en que las temperaturas descienden a niveles sobrecogedores y todo se hiela. Sin embargo, no es la hostil naturaleza lo que más temen los castores, sino al hombre. En efecto, con el invierno, llegan los cazadores, empeñados en una acción depredadora sin límite. Los castores se apresuran en montar sus madrigueras, acumular provisiones para largos meses y habilitar laberínticos pasillos en el fondo de los lagos, para poder desplazarse aunque el hielo lo cubra todo. En medio de la ventisca, una pareja de castores traba amistad con los hombres del equipo, hasta convertirse en la protagonista central de la película.