Guille se somete a un test de inteligencia en el colegio y, en lugar de entregar su hoja, da el cambiazo con la de otro compañero. La calificación final del test resulta ser la de un niño superdotado. A partir de ese momento, Diego se vuelca con su hijo al que daba por perdido debido a sus continuas trastadas y empieza a plantearse que nunca ha estimulado lo suficiente a Guille para que éste potenciara sus aptitudes. Es entonces cuando se empeña en recuperar el tiempo perdido, incitando al crío a realizar todo tipo de actividades con las que seguir desarrollando su privilegiado cerebro. Guille no tarda en aprovecharse de esta nueva situación en la que todos se ven obligados a tener un trato deferente con él.
Santiago debe aprender inglés si quiere que la jamonería siga figurando en una guía internacional para turistas. Una redactora de la publicación permitirá que el local aparezca recomendado en sus páginas si el tabernero supera una prueba donde demuestre ser bilingüe y pueda atender a clientes venidos desde todos los rincones del mundo. Eva se convierte en la profesora de inglés de Santiago y Marcos, quien siempre suspende esta asignatura.
Parece que alguien roba pequeñas cantidades de dinero en casa de los Serrano y Diego y Lucía deciden espiar a sus hijos para descubrir de quién se trata.
Guille se convierte en un niño superdotado a ojos de todos tras entregar un test de inteligencia que no le correspondía. Y Santiago se mete en líos al decir que en la taberna se hablan inglés.