Febrero de 1990. Mercedes sigue en el hotel donde se alojó pensando en pasar sólo una noche, pero es consciente que la situación es insostenible y tiene que volver a casa para explicar su reacción al resto de la familia. Mientras en San Genaro, Antonio la está esperando. Todavía le cuesta asimilar todo lo que vivió en el capítulo anterior. No reconoce a su mujer y cree que ella ha perdido completamente la cabeza. Toni e Inés hacen de intermediarios entre sus padres, pero son Antonio y Mercedes los que tienen que hablar, largo y tendido, para intentar solucionar su crisis matrimonial.