Luego de los eventos de la Batalla de Campo del Bosque, Alex y Bibi reciben la noticia más feliz de sus vidas, el Robotia Fútbol Club les da la oportunidad de probarse, para ser parte de su equipo, y ambos tendrán que decidir qué es lo mejor para ellos.
Los hermanos robots, Bit y Bitty se unen también a los partidos de fútbol en el bosque. Ahora los equipos están casi completos, solo falta un jugador para que estén parejos. ¿Podrán encontrarlo?
Mientras Bitt trata de hacer la tarea de ciencias en el bosque, su hermanito Bitty se aburre. Y Bitty aburrido, puede provocar muchas risas, y algunas catástrofes. Por suerte, Bitt siempre lleva el Controlzeta. Un aparato que le permite arreglar cualquier problema, siempre y cuando no caiga en las manos equivocadas.
Todas las tardes, cuando terminan de jugar, Lunático, se marcha a algún lado en el bosque. En ese momento, Alex se da cuenta de que no saben nada de él. Así que esa noche, acompañado por Bibi y Cabeza de Radio, se internan en el bosque para tratar de descubrir algo más sobre su amigo.
En medio de un partido, Bibi se pone a llorar desconsolada y le anuncia a sus amigos que la fábrica de su papá se muda a otra ciudad, y tiene que llevarse a toda la familia. Nadie sabe bien que decir, pero entre todos deciden que tienen que hacer algo para ayudar al papá de Bibi a conseguir otro trabajo y que no tengan que irse.
¿Qué hacen los robots jugadores, cuando no están jugando al fútbol? Parky se propone un día saber más sobre sus amigos, y los sobrevuela para aprender qué les gusta, además de la pelota.
Bibi y Alex quieren ser la estrella principal de su equipo, compiten por eso entre ellos, y pierden todas las oportunidades de ganar. Mientras tanto, el otro equipo que es menos talentoso, se une más y logran ganar el partido colaborando entre todos. Los robots van a aprender que más allá de las diferencias, siempre es mejor jugar en equipo.
Cuando la pelota se pierde lejos de la cancha en medio de un partido, le toca a Alex ir a buscarla. Lo que parece un encargo aburrido se convierte en una aventura increíble cuando descubre una cueva subterránea, una antigua leyenda, un personaje fabuloso, y una pista inquietante sobre su propio futuro.
Alex y sus amigos aman juntarse todas las tardes a jugar en su cancha del bosque. Saben que siempre pueden encontrarse allí. Hasta una tarde que resulta ocupada por un grupo de robots más grandes, que quieren echarlos. ¿Qué harán para defender su lugar?
Alex camina por el túnel de entrada a la cancha del Robotia FC, dispuesto a jugar su primer partido oficial, cuando salga a la cancha, lo esperará una multitud llenando el estadio, la emoción de cumplir por fin su sueño, el equipo rival, y una sorpresa que jamás esperará.
Aunque disfruta jugar con sus amigos más que otra cosa, y parece no preocuparse de nada, de a poco Robonito se va haciendo consciente de que es un patadura, y posiblemente nunca logre ser una estrella del fútbol robot.
El niño robot, Alex 3.0 está muy preocupado porque no sabe si va a hacer nuevos amigos en la ciudad de Robotia. Una tarde paseando en el bosque, Alex encuentra a un@s robots jugando a la pelota. ¿Se animará a jugar al fútbol con ell@s?