Si había algún tema en el que existía un consenso amplio, incluso entre científicos y religiosos, ese era el origen del Universo. Paul Steinhardt, físico y cosmólogo de la Universidad de Princeton, ha concebido un modelo teórico que desconcierta a los religiosos y sorprende a los académicos. Según el modelo cíclico de Steinhardt, el cosmos no tiene principio ni fin. El Universo ha comenzado hace 13.700 millones de años tras el Big Bang. La materia que hoy conforma miles de millones de galaxias y billones de estrellas estuvo comprimida en un punto más pequeño que una cabeza de alfiler, momento en que comenzó a existir el tiempo y el espacio. ¿Cómo sucedió la creación del universo a partir de la nada? Para los científicos, la respuesta es un misterio pero, para muchos religiosos, un escenario muy cómodo en el que situar a Dios como el origen de todas las cosas. El modelo de Steinhardt especula que el universo es una sucesión infinita de Big Bangs. No se trata del Big Crush con el que se especulaba que el Universo podría contraerse nuevamente tras finalizar su expansión. Esta idea ya ha sido descartada y el modelo de Steinhard es diferente. Sus ideas parten del modelo inflacionario que surgió como un parche para las preguntas que el modelo de Big Bang no podía explicar. Rafael Rebolo, astrofísico del Instituto Astrofísico de Canarias, también nos ayudará a comprenderlo mejor. Curioso por las ideas de otras culturas, Steinhard ha encontrado muchas sintonías entre su modelo cíclico y las cosmogonías de diversas religiones. El Génesis mismo, tradicionalmente cercano al Big Bang, tiene una interpretación distinta en el Talmud en el que el mundo habría sido creado muchas veces antes del actual. La sintonía más cercana está en la cosmogonía hindú, que manejaba cifras parecidas a las que baraja el modelo cíclico.