En pocas semanas la Guardia Civil de Majadahonda desmonta cada una de las falsas pruebas que Bruno Hernández había ideado para borrar sus huellas en los asesinatos de Adriana Gioiosa y de su propia tía, Liria Hernández. Nadie duda de su culpabilidad, pero ¿cómo influirá su diagnóstico de esquizofrenia paranoide en el juicio?