Martes dos de febrero de 2016. Omar Viñas lleva ocho días secuestrado en la selva. Sus captores le amputan un dedo para enviarlo a su familia como prueba de vida. Quieren forzar como sea el pago del rescate. Omar ha conseguido parar la hemorragia aplicando pegamento en la herida pero es cuestión de tiempo que se infecte y puedan surgir complicaciones. Mientras, los agentes de la Guardia Civil desplazados a la oficina del FBI en Tampa, Estados Unidos, intentan persuadir a la policía norteamericana de que retrase lo máximo posible la detención del presunto cerebro del secuestro, Álvaro Delgado, “Alvarito”, la única vía que tienen para llegar hasta Omar.