La víctima, una joven de nombre Marijó, vio algo sobrenatural que la hizo caer de la azotea. Los primeros en estar en el lugar de los hechos fueron un vecino y Bernardo, un fotógrafo amigo de Marijó. La occisa al parecer tuvo un altercado con alguien y en la azotea se encuentra un pedazo de tela con rastros de cloroformo. La investigación se complica al descubrir que Marijó tuvo el altercado con su hermana Fernanda, por lo que esta se convierte en la principal sospechosa del crimen.