Mantenerse pegado a la tierra, en su caso al asfalto, es esencial para que una MotoGP rinda al máximo nivel. No es una operación sencilla, la física, los neumáticos, y el estado de la pista influyen enormemente en el grip tan apreciado por los pilotos.
Vencer la resistencia del aire es fundamental para obtener unas milésimas de más que pueden significar la diferencia entre ganar o perder. La importancia de la aerodinámica en MotoHP ha crecido de forma exponencial en los últimos años, tanto que hoy en día es una aliada clave para mantener la moto pegada al suelo.
El fuego y la combustión que se genera dentro de un motor de MotoGP es extraordinario. Un corazón de cuatro cilindros que genera una fuerza descomunal que impulsan a todo el conjunto a velocidades superiores a los 350 km/h y que irremediablemente necesita ser dominado por la electrónica para hacer pilotable una MotoGP.
Unos la odian y otros la aman, el agua y la lluvia son el mayor elemento desestabilizador de un Gran Premio de MotoGP. La adherencia de la pista y laconfiguración de la moto cambian radicalmente para poder ir a toda velocidad sobre el líquido elemento. Algunos han hecho del pilotaje sobre mojado, un arte, para otros, es su peor pesadilla.
El piloto es el dominador de todos los elementos anteriores, la pieza indispensable que se funde en uno con la moto para intentar ganar la carrera. Son los protagonistas absolutos de MotoGP, los que nos hacen disfrutar con su talento, esfuerzo y ambición sobre la pista.