La gestión de los pocos recursos con los que cuentan es la forma en que los cocineros tienen que lidiar con el hambre del servicio. Jana, incansable, busca junto a Pía una forma de abrir la otra puerta de la habitación secreta. Catalina no siempre ve las cosas como Alonso, pero descubriremos que los dos tienen opiniones totalmente contrapuestas sobre el futuro de La Promesa.