Habían transcurrido tres siglos de dominio español. Trescientos años en los que el descontento de la población de la Nueva España creció junto con sus sufrimientos por la injusticia, la explotación, la pobreza y la desigualdad. Una sociedad de clases marcada por el color de la piel donde unos tienen mucho, pero los más no tienen nada. Nuestra historia comienza cuando dos personajes imaginarios, Mariano y Teresa, se conocen y se fortalece con su lucha sin tregua por vencer las dificultades que se oponen a su amor. Mientras, el país vive en gran desasosiego, ansiando liberarse de las cadenas de la corona española.
Los españoles abusaban de la población de la Nueva España. La justicia se vendía al mejor postor, la corrupción de las autoridades era escandalosa, solo se permitían matrimonios entre iguales y los impuestos aumentaban injustamente. Muchos fueron los que perdieron sus bienes por no poder pagar, como Miguel Hidalgo y Costilla. Muchos otros también fueron despojados de sus tierras por las maquinaciones de españoles sin escrúpulos, que se ensañaban con los más débiles para aumentar sus riquezas. Este fue el caso de la familia Foncerrada, formada por personajes imaginarios quienes enfrentan a Pedro de Soto, hombre ambisioso y mezquino, que representa a los españoles explotadores.
Los Criollos Novo Hispanos aprovecharon la invasión napoleónica a España y la abdicación de los reyes Carlos IV y Fernando VII para proponer la formación de un gobierno autónomo. Nuestros personajes imaginarios, Camila y Juan Foncerrada comparten con Francisco Primo de Verdad los deseos de ver lograda la Independencia por medios pacíficos y legales. Sin embargo, no contaron con que los españoles reaccionarían violentamente para sofocar el intento independista. las familias se dividieron apoyando a uno y otro bando. En nuestra historia, la imaginaria Juana sufre el dolor de ver reflejados en sus hijos las discordias que envenenaban al país.
El único recurso para lograr la independencia fue el tomar las armas. Los españoles, con su terquedad no dejaron mas camino que la violencia. En Valladolid fracasó una conspiración, pero ya venía, en Querétaro, otra nueva a tomar su lugar: la encabezaban Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y Josefa Ortiz de Domínguez. Nuestros personajes imaginarios, Mariano y Teresa se entregaron a la causa insurgente y encuentran en el ideal de la libertad un vínculo más que los une. Su amor florece en medio de los peligros y la obstinada oposición de Pedro de Soto, que a toda costa desea separarlos.
La madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo convoca al pueblo a levantarse en contra del mal gobierno y como símbolo de la identidad de los mexicanos insurgentes adoptó a la Virgen de Guadalupe. Los resentimientos acumulados estallan y con ellos la Guerra de Independencia. Una sangrienta batalla, la toma de la Alhóndiga de Granaditas, sintetizó los deseos de un pueblo por liberarse de la opresión. Los hermanos Foncerrada, personajes imaginarios, representan las hondas divisiones del país, pues cuatro de ellos se unen a la causa insurgente y el quinto a la causa de los realistas.
El movimiento insurgente se expandió por toda la nación. Al llamado de Hidalgo concurrieron hombres de todas partes y de todos los estratos sociales, como José María Morelos e Ignacio Rayón, quienes demostraron su capacidad y entusiasmo por la causa librando enconados combates. Para culminar su obra emancipadora, Miguel Hidalgo declaró que la libertad debía alcanzar a la nación y a cada uno de sus hombres, aboliendo para siempre la esclavitud. Las pasiones humanas se desencadenan en el torbellino de la guerra, arrasando con ellas a Mariano y a nuestros otros personajes imaginarios.
Los insurgentes fueron derrotados. Miguel Hidalgo y los principales caudillos cayeron prisioneros y fueron fusilados. Nuestros personajes imaginarios también padecen con el aparente fracaso de la causa. En la desesperación por creer que Mariano ha muerto en la guerra, Teresa ha contraído matrimonio con Pedro de Soto. En medio de la tristeza provocada por la muerte de Hidalgo y con el dolor de sentirse engañado por Teresa, Mariano se lanza a una guerra a muerte contra los realistas. Combate al lado de José María Morelos y Pavón, genio militar indiscutible de la independencia.
A pesar de sus brillantes triunfos militares, Morelos fue derrotado y ejecutado por el Virrey Calleja, mientras los realistas combatieron ferozmente a los insurgentes aniquilándolos casi por completo. La convocatoria de Agustín de Iturbide para tomar el ejercito de las Tres Garantías unió a los insurgentes sobrevivientes como Vicente Guerrero y los realistas. Solo entonces se consumó la Independencia. Nuestros personajes imaginarios Mariano y Teresa se reconcilian como un símbolo de la esperanza que alentó a los mexicanos, y ven triunfar su amor en medio de la alegría de la patria independiente.