Habían transcurrido tres siglos de dominio español. Trescientos años en los que el descontento de la población creció por la injusticia, la explotación, la pobreza y la desigualdad. Los criollos deciden proponer la formación de un gobierno autónomo, pero no contaron con que los españoles no dejaron más camino que la violencia.
En Valladolid fracasó una conspiración, pero ya venía otra en Querétaro: la encabezaron Miguel Hidalgo (Juan Peláez), Ignacio Allende (Ernesto Laguardia) y Josefa Ortiz de Domínguez.
La madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo convocó al pueblo a levantarse en contra del mal gobierno, adoptando a la Virgen de Guadalupe como símbolo de la Independencia. Estalla la Guerra de Independencia, una sangrienta batalla y la toma de la Alhóndiga de Granaditas, que sintetizó los deseos de un pueblo por liberarse de la opresión.