Cuando el artista palestino Mahmoud Alhaj nació se estaban firmando los Acuerdos de Oslo, que teóricamente debían servir para alcanzar la paz entre Israel y Palestina. Era 1993. Tres décadas más tarde, su pueblo está sufriendo una masacre sin precedentes. Y él ha optado por denunciarla, con muchísimas dificultades, a través del arte. Gracias a una red de apoyo sus obras de arte han sido también un vehículo para lograr escapar de Gaza, aunque su familia continúa atrapada allí.