En las últimas semanas, miles de familias de toda España se han unido a grupos de WhatsApp y Telegram para retrasar la edad a la que les dan el primer móvil a sus hijos. Quieren posponerlo hasta los 16 años. Les preocupan las posibles adicciones, el acoso, la exposición al porno o los problemas de salud mental que han aumentado desde la pandemia. En este debate complejo los expertos no se ponen de acuerdo, aunque coinciden en que lo más difícil no es vetar, sino educar.