El cuento narra la historia de Blancanieve y Rojarosa, dos niñas hijas de una pobre y buena mujer viuda que vivía en una casita en un claro del bosque. Ambas niñas eran muy buenas y se querían mucho. Su madre era muy cariñosa con ellas.
Una tarde de invierno, Blancanieve y Rojarosa vieron fuera a un oso en la nieve, llamando a la puerta. Rojarosa abrió y vio al oso. Primero se asustó, pero el oso le dijo que no temiera. "Estoy medio congelado y simplemente quiero calentarme un poco en tu casa", dijo él. Las hermanas dejaron entrar al oso, que se acostó delante del fuego. Blancanieve y Rojarosa le quitaron la nieve al oso y rápidamente se hicieron amigos. Jugaban con el oso y lo hacían rodar juguetonamente.