Ana Lobos conoció la Universidad de Chile siendo estudiante, pero fue su trabajo y la dirigencia sindical la que la acercó verdaderamente al espíritu de la Casa de Bello. Luego del golpe de Estado, la organización gremial se diluyó por completo y con la vuelta a la democracia volvió hacer suya la justa demanda de los funcionarios y funcionarias de la universidad: reparación para los exonerados y sumariados por los fiscales militares.