Para remodelar su clínica, Eduardo decide buscar la ayuda de Armando, el nuevo novio de Cristina, a quien no se le ocurre nada mejor que recomendarla para que sea ella la que se encargue de diseñarla. Y aunque a Eduardo le encanta la idea, a Pamela se la comerán los celos por Cristina hasta convertirse, literalmente, en su peor pesadilla. Alejandro, mientras tanto, seguirá en su empeño por mantener su relación con Luna, una mujer que en apariencia luce perfecta y despreocupada pero que por alguna razón le produce una inexplicable alergia.