Tras lanzar fuertes críticas contra políticos, figuras públicas del país e integrantes del Ejército a través de sus programas de humor, Jaime Garzón recibe una amenaza de muerte; se entera que la misma proviene del jefe paramilitar, Carlos Castaño, y trata de persuadirlo, buscando una cita con él, acude a Pinto Bermúdez, a quien incluso llega a visitar en la Cárcel Modelo de Bogotá.