La institución de los faraones comienza con Narmer, que unifica Egipto mediante una audaz conquista militar. Para consolidar su poder, utiliza el simbolismo con su figura, representada como un líder divino y vengativo en la paleta de Narmer. Los faraones que le suceden se apoyan en el poder heredado. Como líderes de la fe egipcia y personificaciones vivas de Horus, juran proteger el orden cósmico (maat) y regular la inundación anual del Nilo. Durante el reinado de Zoser, comienzan las construcciones monumentales, incluidas las primeras pirámides. En la cúspide del poder, la gran pirámide de Giza se eleva en el horizonte. Pero esta época augusta llega a su fin: las arcas reales están vacías por las grandes construcciones, el poder se diluye, se suceden malas cosechas y un cambio climático.