Mientras trabaja en un caso de presunto abuso sexual, Sole se enfrenta a sus propios fantasmas recordando la sombría relación con su padre. Por su parte, Bruno confirma que Sole desconoce la existencia de Luna. Sin revelarle la verdad, Bruno no puede evitar sentirse peligrosamente cautivado por las dos hermanas.
Para evitar que su relación con Bruno avance más allá de lo profesional, Sole decide suspender la terapia de Ana y así poner distancia. Bruno se refugia en Luna quien, finalmente, accede a presentarse como DJ en Umbra. Pero el pasado más oscuro de las dos hermanas se vuelve presente y consigue frustrar todos los planes.