Adriana se postula para el cargo de directora del colegio, y la elección no se ve nada fácil: la otra candidata tiene más experiencia y más títulos en su currículum. Mateo es parte del consejo que debe decidir entre una u otra. Cuando se insinúa por el pueblo que Mateo la va a ayudar, ambos lo niegan rotundamente: ella por amor propio; y él por su estricta moralidad, que le impide participar de injustos favoritismos. Se detecta una infección en la piel de un alumno del colegio, y la orden de Mateo es perentoria: no debe asistir a clases, ya que hay peligro de contagiar a todos los alumnos, y con ellos a sus madres y familias... de desatar una epidemia, en pocas palabras. Adriana, mientras tanto avanza en su relación con Dani: todo parece indicar que la pareja se afianza, aunque es él quien pone más ganas que ella, que se deja querer sin oponer resistencia. Mateo mira este avance con celos pero, de momento, no hace nada para impedirlo. En una visita sorpresa al colegio Mateo se encuentra al alumno enfermo y se pone colérico, no se le ha hecho caso en su prohibición de que asistiera a clase. Adriana, disculpa a la madre y se hace responsable de la presencia del niño en la escuela. Don Alejandro -el rico empresario y cacique del pueblo-, es atacado por sorpresa en la calle. La investigación del policía Alfredo y el testimonio de la víctima indican que se trata de un delito común, cosa que no se había dado hasta entonces en el pueblo. Todos se alarman pensando que es el comienzo de una ola de delincuencia en el lugar, hasta ahora tranquilo y seguro. Llega el día de la elección de la nueva directora y Adriana es injustamente tratada por el Comité. Sale a relucir lo de la infección del alumno pero Mateo hace valer su razón y la defiende con fuerza y convicción ante todos. La investigación del ataque a Don Alejandro acaba de manera inesperada: Mateo sospecha que las lesiones no condicen con su relato de lo sucedido, por lo que invest