Lo que parecía ser una jornada de trabajo tranquila se tornará en otra de máxima actividad por la llegada de un gran número de heridos procedentes de un accidente de un avión de pasajeros que se estrella poco después de despegar. El Central tendrá que organizar todos sus recursos para atender una catástrofe de tal magnitud. Algunos supervivientes verán fulminadas sus esperanzas por la imposibilidad de realizar un viaje en el que habían puesto la ilusión del comienzo de una nueva vida.
Además, si Javier ya tenía muchos problemas con la enfermedad de su padre, su situación se complica más, ya que todo apunta a que su madre viajaba en el avión siniestrado.
En medio del caos, Maca, suspendida de empleo y sueldo, continúa su lucha para que el hospital financie el tratamiento del niño con la enfermedad de Gaucher. La solución vendrá gracias a una generosa donación que Lorenzo, el padre del niño, hace en nombre de Vilches sin que él sepa nada. Sin embargo, sus intenciones tras esta aportación no son nada buenas.
Por su parte, Carlos, cada día más distante, tratará a Laura con desprecio, apartándola cada vez más de él y empujándola a buscar de nuevo la amistad de Javier, algo que Mónica no verá con buenos ojos.
También es el aniversario del accidente en el que murieron la mujer y la hija de Aimé, pero el médico sabe que tiene que seguir adelante, aunque su relación con Claudia no esté pasando por su mejor momento.
Por su parte, Teresa demostrará una vez más ser un personaje clave para que los engranajes del hospital funcionen correctamente.