Alba, tras examinar el video recibido anónimamente, se marcha decidida a denunciarlo, pero Bruno intenta impedirlo. Un todo terreno intenta atropellarla y Alba comprende que la amenaza es cierta. Bruno le recuerda los cuatro sospechosos muertos y le aconseja seguir juntos, aunque de puertas para adentro, la ruptura es total. Clara advierte la mala sintonía entre Alba y su sobrino, pero ignora que Cesar, su buen amigo, oculta siniestros negocios con los Entrerrios. Alba se consume en el pueblo, quiere regresar a Madrid, pero la teniente le pide que espere y su hermano Toño está delicado, por lo que decide quedarse y ayudarle en el bar. Rubén intenta averiguar lo que Alba recuerda y cruza unas palabras con ella que disimula su angustia, hasta que, a solas, sufre una crisis de ansiedad. Alba acepta ayudar a Tirso como instructora de Kite surf y ambos recuperan la sintonía perdida. Bego le confiesa que le gusta Tirso, aunque no tiene ninguna posibilidad; sabe que es a Alba a quien quiere.