Inmerso en tareas de limpieza en el Reinols, Mauricio encuentra una edición del Libro Guinness de los Records. Inmediatamente, Luisma y Jonathan comienzan a hojearlo hasta que el barrendero decide presentarse para tratar de batir un nuevo registro partiendo nueces con la cabeza. Ante su escaso éxito, el pequeño de los García no cesará en su intento de que su tío obtenga tal reconocimiento y le propondrá batir un peculiar récord. Por otro lado, Paz y Edu van al Reinols y piden un Tempranillo. Ante el desconocimiento por parte de Mauricio de que se trata de un vino extraído de un tipo concreto de uva, ambos se mofan del hostelero. El piloto, harto de la prepotencia del hostelero, le reta con una cata de vinos. A partir de ese instante, aunque Machupichu se propone la ardua tarea de enseñar a su jefe todo lo que sabe de vinos, Mauricio sólo consigue distinguir entre el blanco y el tinto. Por último, Macu debe trasladarse al pueblo ante el próximo parto de su burra Josefina, por lo que tiene que dejar solos en casa a Lorena y Fidel. Éstos, más ocupados en sus propias obligaciones, descuidan por completo las tareas del hogar.
Inmerso en tareas de limpieza en el Reinols, Mauricio encuentra una edición del Libro Guinness de los Records. Inmediatamente, Luisma y Jonathan comienzan a hojearlo hasta que el barrendero decide presentarse para tratar de batir un nuevo registro partiendo nueces con la cabeza. Ante su escaso éxito, el pequeño de los García no cesará en su intento de que su tío obtenga tal reconocimiento y le propondrá batir un peculiar récord.
Por otro lado, Paz y Edu van al Reinols y piden un Tempranillo. Ante el desconocimiento por parte de Mauricio de que se trata de un vino extraído de un tipo concreto de uva, ambos se mofan del hostelero, quien además les ha servido un vino en mal estado. El piloto, harto de la prepotencia del hostelero, le reta con una cata de vinos. A partir de ese instante, aunque Machupichu se propone la ardua tarea de enseñar a su jefe todo lo que sabe de vinos, Mauricio sólo consigue distinguir entre el blanco y el tinto.
Por último, Macu debe trasladarse al pueblo ante el próximo parto de su burra Josefina, por lo que tiene que dejar solos en casa a Lorena y Fidel. Éstos, más ocupados en sus propias obligaciones -él se encuentra en plena época de exámenes y ella es la imagen de una discoteca-, descuidan por completo las tareas del hogar. Cuando la sobrina de Mauricio regresa pone el grito en el cielo, aunque Lorena y Fidel siguen sin mostrarse favorables a ponerse manos a la obra. Por ello, convencen a Chema y a Soraya para que les echen una mano, aunque el tendero pronto descubrirá que su hijo y su amiga pretenden aprovecharse de ellos.