Ante el anuncio del Papa de viajar próximamente al barrio de Esperanza Sur, todos sus vecinos competirán por exhibir su devoción y, de paso, poder extraer la mayor rentabilidad posible a la visita del Sumo Pontífice. Eugenia y Luisma no dudarán en alquilar su balcón y su terraza, respectivamente, a todo aquel que desee ver a Su Santidad. Sin embargo, el barrendero tendrá que competir por llevar a cabo el arrendamiento con Mauricio, verdadero propietario del inmueble. Por otro lado, Soraya presta a Aidita el ordenador de Chema para que elabore un trabajo sobre el Papa. Durante su búsqueda de datos la pequeña descubre una carpeta con películas pornográficas. Cuando Soraya se entera, se enfada con su novio, aunque se muestra incapaz de resistirse a visionar cada uno de los filmes, de manera que cuando aborda con Chema el asunto, ambos llegan a la conclusión de que su vida sexual es aburrida.
Ante el anuncio del Papa de viajar próximamente al barrio de Esperanza Sur, todos sus vecinos competirán por exhibir su devoción y, de paso, poder extraer la mayor rentabilidad posible a la visita del Sumo Pontífice. Eugenia y Luisma no dudarán en alquilar su balcón y su terraza, respectivamente, a todo aquel que desee ver a Su Santidad. Sin embargo, el barrendero tendrá que competir por llevar a cabo el arrendamiento con Mauricio, verdadero propietario del inmueble. Por otro lado, Soraya presta a Aidita el ordenador de Chema para que elabore un trabajo sobre el Papa. Durante su búsqueda de datos la pequeña descubre una carpeta con películas pornográficas. Cuando Soraya se entera, se enfada con su novio, aunque se muestra incapaz de resistirse a visionar cada uno de los filmes, de manera que cuando aborda con Chema el asunto, ambos llegan a la conclusión de que su vida sexual es aburrida.