Lorena ya es toda una mujer, pero su fiesta de 18 cumpleaños va a traer más de un quebradero de cabeza a la familia. Menos mal que siempre está Paz para mediar. Mientras, el Luisma sigue abriéndose futuro -está vez como aspirante a mascota de un equipo- y Mauricio persigue ser un gran periodista. Los enredos están servidos.
Lorena ya es toda una mujer, pero su fiesta de 18 cumpleaños va a traer más de un quebradero de cabeza a la familia. Menos mal que siempre está Paz para mediar. Mientras, el Luisma sigue abriéndose futuro -está vez como aspirante a mascota de un equipo- y Mauricio persigue ser un gran periodista. Los enredos están servidos. Aída organiza los preparativos de una fiesta de cumpleaños sorpresa con la que celebrar la mayoría de edad de su hija Lorena. En su afán por demostrar a su madre que es una joven madura, Lorena solicita que le deje la casa para invitar a sus amigos. Sin embargo, Aída, que desconfía de las intenciones de la adolescente, muestra su desacuerdo al respecto hasta que finalmente Paz le sugiere que brinde una oportunidad a su hija. Tras convencer a su amigo Barajas de la indignidad de aceptar un trabajo como mascota de un equipo de fútbol, Luisma se presenta al puesto sin apenas competencia. A pesar de haber intentado engañar a su amigo, el hermano de Aída y Barajas son los dos seleccionados para la prueba final. Durante un ensayo, Luisma observa con pesar su escasa aptitud para la coreografía frente a las grandes habilidades de su competidor. Gracias al esfuerzo de Chema, se edita el primer periódico en el barrio. Mauricio, enfadado con el tendero por no haber sido informado, decide presentarle un artículo excepcional para que lo publique próximamente. Dada su limitada capacidad literaria, el dueño del bar Reinols recurre a Fidel para que le escriba el texto.