Luisma believes that her sister Aída is right when she encourages him to work and contribute with money at home. When Mauricio puts up a sign at the bar looking for a waitress, Luisma takes the opportunity to offer himself. Mauricio humiliates him by informing him that he will only hire a woman, so the desperate young man dresses as a woman and returns to the premises to ask for a job.
En casa de Aída sufren una acuciante crisis económica ya que no disponen de dinero para pagar las facturas del agua. La mujer se queja de que no llega a fin de mes y reprocha a su madre que no colabore con su pensión para hacer frente a los gastos domésticos. Para solventar la precaria situación, Aída busca empleo y consigue que la contraten como empleada de limpieza en una empresa. Temiendo las críticas de su madre, anuncia a su progenitora que es la nueva secretaria de una compañía inmobiliaria. Por otro lado, Luisma cree que su hermana Aída tiene razón cuando le anima a trabajar y a aportar dinero en casa. Cuando Mauricio coloca un cartel en el bar buscando camarera, Luisma aprovecha la oportunidad para ofrecerse. Mauricio le humilla al informarle que sólo contratará a una mujer, por lo que el joven, desesperado, se viste de mujer y regresa al local a pedirle trabajo. El dueño, impresionado por su belleza y sin percatarse de que es Luisma, le contrata como camarera del “Reinolds”. Chema, por su parte, está inquieto porque su hijo, al que no ve hace mucho tiempo, va a pasar unos días con él. Fidel no entra con buen pie en el barrio y llega llorando a casa de su padre con las gafas rotas porque le han pegado. El niño no se integra con los chavales del vecindario y no consigue hacer amigos. Poco después, Chema comenta a Aída el problema de su hijo y ésta obliga a Jonathan a que salga con él.