La emoción de Soraya ante la próxima celebración de la cena de Nochebuena
contrasta con la apatía de Chema, Fidel y Paz, que se sumarán a la tradicional
velada navideña en el hogar de los García. Movida por su colosal apetito,
Eugenia se come el cochinillo comprado por su nieta, situación que amenaza la
celebración familiar. Mientras trata de enmendar su error, la matriarca del clan
García sugiere que participen en un concurso de belenes vivientes y así optar al premio del certamen: una opípara cena navideña.
La emoción de Soraya ante la próxima celebración de la cena de Nochebuena contrasta con la apatía de Chema, Fidel y Paz, que se sumarán a la tradicional velada navideña en el hogar de los García. Movida por su colosal apetito, Eugenia se come el cochinillo comprado por su nieta, situación que amenaza la celebración familiar. Mientras trata de enmendar su error, la matriarca del clan García sugiere que participen en un concurso de belenes vivientes y así optar al premio del certamen: una opípara cena navideña.
Tras escuchar la propuesta de Eugenia, Fidel decide presentarse voluntario para dirigir la actuación, pese a que las celebraciones navideñas no son del agrado de su padre. Por otra parte, Luisma y Barajas se inscriben en el concurso por su cuenta.
Ramón García, en el papel del espíritu de las Navidades presentes, pasadas y futuras, recala en Esperanza Sur con un doble fin: mostrar a Mauricio Colmenero el verdadero sentido de estas fiestas y convencerle para que permita a Machupichu pasar la Nochebuena junto a su familia.
Ante la negativa del empresario hostelero de conceder varios días libres al camarero latinoamericano, Soraya intenta hacerle entrar en razón sin éxito. Poco después, Mauricio recibe la visita de un enigmático personaje envuelto en una capa. En un primer momento, el dueño del Reynols cree que el inesperado visitante es un “graciosillo” que quiere tomarle el pelo hasta que el espíritu navideño le guía en un viaje mágico que le mostrará su pasado, presente y futuro.