Luisma cree que el Baraja está enamorado de él.
Preocupada por la formación académica de su hija, Soraya intenta matricular a Aidita en un reputado centro escolar. Su pareja, Chema, comunista declarado, se hace pasar por un devoto católico para que la pequeña forme parte del alumnado de un prestigioso colegio religioso.
La terraza del Reinols se convierte en el escenario de una fuerte confrontación entre Mauricio y un hombre que lleva consigo una cabra. La visión del animal espanta a los clientes del bar, por lo que el empresario hostelero se ve obligado a poner en marcha un plan de urgencia que le permita recuperar a su clientela habitual.
Consciente de los distintos puntos de vista que mantiene con Lorena y Macu, Fidel se muestra reacio a compartir piso con ellas. Sin embargo, la posibilidad de iniciar una nueva vida sin la supervisión paterna lleva al hijo de Chema a independizarse y a descubrir las responsabilidades de la vida adulta junto a las dos chicas.