Paso obligado entre Castilla y Extremadura, surcado por lo que antaño fuera 'La Ruta de la Plata' y ahora a duras e imaginativas formas, aúpa la cabeza sobre el olvido. Regado por el río Ambroz y por numerosas gargantas y cascadas, de nogales y de cerezos, este valle ofrece un verdadero espectáculo natural. Desde su cumbre más alta, el Pinajarro, se puede observar un impresionante valle, donde se alternan el bosque y el prado, la sierra y el llano. En Granadilla se encuentra un robusto puente medieval. Los baños de Montemayor, levantados sobre lo que antaño fueran una termas romanas, o Segura de Toro, que conserva restos de escultura zoomorfa ibérica son muestras de esta hermosa tierra cacereña.