Una guerra de pintura organizada por la sucursal termina con Pruden recibiendo un disparo en la entrepierna; la falta de sexo recomendada por el médico llevará al vitoriano a adoptar los hábitos de Patxi, hasta el punto que resultará difícil distinguirlos entre ellos. Sara descubre que el jefe de personal de Álex aprovecha sus visitas a la tienda para robar todo lo que encuentra, y convence a su novio para hacer algo al respecto, aunque él no se atreve. Tras la marcha de Esti a Benidorm, y para no sentirse aislada en su grupo de amigas (y futuras abuelas), Bego empieza a mostrar interés por el embarazo de Leire, lo que empezará a agobiar a la de Caparroso.