Tras la muerte de Sócrates un alumno suyo revolucionó el pensamiento en la Antigua Grecia: Platón. Dijo que había dos mundos, uno sensible y otro inteligible, el de las ideas, al que sólo se podía acceder a él mediante el uso de la razón. Pero este filósofo no se limitó sólo a la metafísica, sino que también habló de muchos otros temas como física, ética y política. Uno de sus alumnos, Aristóteles, llegaría a superarle en fama. Este pensador maestro de Alejandro Magno dijo que sí era posible conocer la esencia de las cosas a través de nuestros sentidos, y además también tocó muchos otros temas, incluido el de Dios. Rechazó a los dioses griegos y habló de un Motor Primero que movía las esferas celestes. Una locura que cabreó a muchos en la época. Con la muerte de Alejandro Magno y las sucesivas guerras de los Diádocos, la Grecia democrática cayó, y el pensamiento se anquilosó. Hubo movimientos nuevos, centrados en la búsqueda de la felicidad, y no tanto en conocer el mundo. Algunos fueron los epicúreos, los estoicos, los escépticos y los eclécticos.