Mientras que unos griegos buscan explicación a los fenómenos naturales y a los misterios de la vida en dioses y en los mitos, otros griegos comenzaron a buscar respuestas en la propia realidad. Los primeros en tratar de entender el mundo a través del logos, la razón, fueron los presocráticos: Tales de Mileto, Anaximandro, Pitágoras, Heráclito, Parménides, Zenón de Elea, Empédocles, Anaxágoras y Demócrito. Todos buscaron el arjé, la esencia primigenia de todas las cosas. Tras ellos llegaron los sofistas, que dejaron de tratar de explicar el cosmos y trataron de usar la sabiduría en su propio beneficio, usándola para vivir en sociedad y ganar debates en asambleas políticas. El más famoso fue Protágoras, y también Gorgias e Hipias. Pero el filósofo que marcaría un antes y un después fue Sócrates. A él le debemos el método socrático, la mayéutica, un proceso por el cual alcanzar el conocimiento verdadero de todas las cosas. A no todo el mundo le gustó, y el gobierno de aquella época le condenó a muerte. Pero tras él vendrían otros grandes filósofos, como Platón o Aristóteles.