Kamose venció a los hicsos y Amosis I comenzó una nueva dinastía en un Egipto unificado. Todo fue bien durante los siguientes reinados, con faraones como Amenofis I o Tutmosis I, quien edificó el famoso Valle de los Reyes. Los problemas comenzaron con la disputa del trono entre Tutmosis II y Hatshepsut, y más tarde con Tutmosis III. Al final, Tutmosis III se hizo con el poder de todo Egipto y lo petó. Conquistó muchísimo territorio e hizo que en su país hubiese bastante calidad de vida. Aparte de las caries y otras mierdas. Pero los siguientes faraones quisieron liarla un poco. Hablo de Akenatón, que instauró un culto al dios Atón junto a su esposa Nefertiti, un monoteísmo para el que la gente no estaba preparada. Las cosas no salieron especialmente bien y Akenatón tuvo que darse el piro. Tras él llegó Tutankamón, que murió jovencito, después Ay y finalmente Horemheb. La Dinastía XVIII fue intensa, aunque la XIX la sería aún más.