Rogelio es un ingeniero que fue contratado para participar en la construcción de un camino de mejor acceso al pueblo. Como su gestión profesional no excedería los ocho meses, aceptó el trabajo con la condición de llevar a su familia, para cuyo efecto, se le ofreció una antigua, pero cómoda casa. La mudanza condicionó a las tres hijas del matrimonio- Maggie, Mónica y Madeleine- a trasladarse de colegio durante su estadía en el lugar. Como es lógico, ninguna de ellas podía intuir que serían objeto de la peor de las pesadillas.