Álvaro es un hijo despreocupado e insensible, que no duda en enviar a su madre Luisa a un asilo de ancianos. Por otro lado, Enrique, un profesor oriundo de Concepción, al enterarse de que es adoptado, viaja a la capital para encontrar a su madre biológica. Al llegar a la residencial en la que pide alojamiento vivirá experiencias inolvidables, que lo harán conectarse mágicamente con aquella mujer que lo trajo al mundo.